Me desperté a las 12 y media, la habitación estaba vacía, solo quedaban mis cosas al lado de la cama. Como habíamos planeado ir al balneario pasé de la ducha y fuí a despertar a Emilio. Parece que estamos conectados, aparecía por la puerta con la misma cara de dormido que yo.
Madre mía, nuestros fajos de billetes de gangsters habían menguado. Ayer jodimos decenas de miles de florines. Nos quedábamos muy justitos para hoy y malvivir mañana. Se acabaron las fiestas. Fuimos a desayunar al kebab, la intención era comernos un arrocito blanco y algo de pescado pero al final sucumbimos a los olores de la carne.
Fuimos hacia el autobús de los auriculares para que nos llevara al Spa, nos subimos y para cuando nos dimos cuenta estábamos cruzando el Danubio, por aquí no es... Nos bajamos en cuanto pudimos. Al menos teníamos una vista del parlamento increíble, es el edificio más coten que hemos visto de momento. Como teníamos al lado una entrada de metro y pasábamos de esperar media hora al bus nos metimos y llegamos al balneario en un pliki.
Es el balneario más grande de Budapest, y de los más grandes de Europa. La entrada cuesta unos 12 euros y puedes estar dentro todo el día. Nada más entrar vino una chica a darnos un papel por si queríamos un masaje. Nos quedamos los dos flipando, era guapísima, con unos ojazos color miel claros que no había visto yo en mi vida. La tía nos cató, porque nos quedamos ahí de piedra con la boca abierta delante suyo susurrando, mírala tío, mira que ojos...
Seguimos hasta las taquillas para dejar la mochila y subimos en bañador por unas escaleras que daban a un patio con varias piscinas al aire libre. La primera era la más grande, el agua estaba supercaliente, salían chorros a presión por los laterales y por el suelo para poner encima los pies. También había otros chorros como una cascada, esos eran los mejores. La piscina de al lado era una piscina normal, solo que esta era fria. Y la tercera era lo máximo. Era un círculo con otro círculo dentro, al círculo de dentro se entraba por un huequito, y la gente que había dentro no paraba de dar vueltas en un torbellino. Entrabas y te llevaba la corriente, la gente se lo pasaba pipa, solo había que tener un poco de cuidado para salir y no atropellar a nadie.
Después de unos bañitos entramos dentro del edificio a buscar lo que sería el balneario de verdad, fué una pena no echar ninguna foto porque era increible. Parecía que no se acababa nunca. Había piscinas de burbujas, piscinas calientes, piscinas frias, heladas, con más corrientes, baños de vapor, saunas...
Emilio quería entrar a la sauna. Yo flipé, madre mía que angustia. Era una sauna con olores y una luz verde, pero aparte de que había mucha gente era imposible aguantar 2 minutos. Encima Emilio parecía no entenderme, según él había que aguantar 15 minutos. Este tio está loco así que me fuí antes de que me diera un mal.
Me metí un rato en una piscina que estaba a 40 grados, te podías sentar era lo máximo. Después fuí a otra muy pequeña que estaba vacía, estaba a 16 grados. Metí un pie y flipa, estaba ultracongelada, de vez en cuando llegaba algún tio entraba, se sumergia 3 segundos y volvía a salir. Yo me quedé un rato viendo, la mayoría de la gente hacía como yo, metía un pié y se piraban. De repente llegó un hombre supergordo y barbudo. El típico tio de los Spas de las películas de romanos. Me miró y se empezó a reir. Se metió dentro y me empezó a hacer señas para que entrase. Yo le decía que no con la cabeza, el hombre no hablaba inglés pero como insistía que cojones. Le eché dos huevos y entré, el agua te llegaba por encima de la tripa, cogí aire y me metí del todo. Cuando salí pegué un grito de la ostia. El hombre se reía, salió y me hizo señas para que le siguiera, me llevó a otra piscina caliente, hicimos lo mismo. Entramos, nos sumergimos y volvimos a salir. De ahí fuimos a otra fría, esta de 18, y por último, a la más fria de todas, 12 grados. Esta era como un bidón que había que subir unas escaleras y meterte, madre mía. Cuando salimos le seguí y me hizo señas para que entrásemos a la sauna pero me negué rotundamente, como vió que no nos despedimos con la mano y volví sobre mis pasos para ir a buscar a Emilio. Seguía en la sauna este tio está loco. Quería fliparmelo un poco así que le llevé a la piscina fria y le estuve picando, le hice varias demostraciones y al final se metió pero no quiso volver.

Fuimos a una sala gigante, la más bonita, había 2 piscinas calientes grandes, todo decorado con mosaicos y esculturas, nos sentamos un rato con unos chorros en la espalda y de repente unos chavales españoles empezaron a hacerme señas y a llamarme, me llamaban Moreno, yo estaba flipando. Me acerqué hacia ellos, lo primero que pensé es que serían de Segovia, pero no me sonaban nada de nada. Empezaron a preguntar que qué tal estaba, que qué hacía aquí y yo seguía sin entender nada. Ya tuve que preguntarles quienes eran, y me dijeron que nos conocimos en Praga hacía una semana. Que nos habíamos juntados ellos, unos brasileños, un grupo de chavalas y yo. Buah, maldita absenta, no me acordaba de nada. Estuvimos un buen rato hablando y les dije que si salían esta noche que fueran a la isla Margarita, me dijeron donde estaba su hostal que era muy cerca del nuestro por si nos animábamos pero ya les dije que calavera. Me despedí y volví con Emilio. Fuimos a buscar las toallas, como esto era un laberinto nos costó un rato pero al final las encontramos. Salimos afuera a comernos un helado y nos tumbamos un ratito al sol. Esto del Spa te deja el cuerpo cansado, yo me sentía muy débil. Nos quedamos dormidos pero al despertar yo ya estaba como una rosa. Nos comimos unos bocadillos y nos dimos el último bañito en la piscina.



Ya vestidos y en la calle decidimos volver andando, y ver la calle principal de la ópera, la basílica y el parlamento. Por el camino nos encontramos un concierto en medio de la calle. Nos quedamos un ratillo y seguimos hacia la basílica. Estuvimos hablando con una chica que tenía dos hurones, nos echó una foto y fuimos hacia el río, que había otro concierto. Nos contaron que justo el lunes empezaba un festival enorme en la ciudad, no nos enteramos de nada... Seguimos andando por un paseo al lado del río hasta que se nos hizo de noche y llegamos al parlamento, de lejos es increíble, pero estar a los pies es una pasada. Echamos un par de fotillos y nos sentamos a verlo y descansar.


Nos moríamos de hambre ya así que otra vez a andar, meadita en el Danubio y buscamos un metro para llegar al hostal. Lo primero fuimos al kebab, oootra vez. Ya nos tratan como clientes de toda la vida. Duchita y un poco de terraza. Nos pusimos a hablar de Croacia, yo quería ir ahora a Croacia para bajar por las islas hasta Dubrovnik y llegar a Grecia, pero para Emilio era una liada. Dentro de unos 10 dias tiene que estar en Milán, va a juntarse allí con un amigo suyo de Chile para ver juntos Italia. Además su pase de Eurail (el interrail para los no europeos) viene limitado y no puede coger trenes ni como ferrys en Croacia, Grecia, ni en algunos países como Bosnia y Serbia por los que habría que pasar. Estabamos los dos que no sabíamos qué hacer. El me decía que fuésemos a Bratislaba y después a Viena, pero yo quería playa ya. Y me motivaba mucho llegar hasta Grecia. Dijo que a Croacia si que le hacía ir, pero que no podía bajar más.

Después de dos cervecitas nos fuimos a dar una vuelta por el centro, aunque con cero intenciones de fiesta. Se nos acercaron dos tías así treintañeras y nos empezaron a acosar. Nos pidieron un cigarro y no paraban de tocarnos, decirnos que qué guapos y tal, que fuésemos a tomar algo. Mira Emilio, le dije, a estas en España, las llamamos comebolsas. Les dijimos que vale, pero que eramos pobres, no estaban nada mal, pero es que se les notaba desde lejos, pero como somos tontos...
Nos llevaron a un bar, seguramente el bar más caro de Budapest, con fuentes, acuarios... una cerveza costaba casi 10 euros, estas tias no lo entienden, les dijimos que nanai y salimos otra vez a la calle. Nos dijeron que fuesemos con ellas de fiesta, que iban a ir a la isla esta de ayer y que nos llevaban en coche, ibamos muy justos de pelas pero aceptamos. Nos paramos en una tienda 24 horas a coger unas cervezas. Pusimos todo en el mostrador, una de las tias cogió hasta una botella de champán, y cuando ibamos a pagar, se quedaron las dos de brazos cruzados. A ver, ¿esto lo pagamos entre todos no? Una se enfadó y me empezó a decir que eso no costaba nada, que ellas nos iban a llevar en coche, que cómo eramos así tal y cual, me hicieron sentir de culo, y al final lo pagué.
Estaban un poco mosqueadas, pero se les pasó el enfado, si ya sabía yo que eran unas comebolsas, que tontos somos joder, se relajó el asunto y estuvimos sentaos en un banco echando unas risas pero se volvió a joder el asunto, cuando ya nos íbamos a ir, volvimos a entrar a la tienda. Cogimos más cervezas y una de las tias cogió un paquete de tabaco. Y una polla, mira no vale ni 2 euros, pero es que no le iba a pagar un paquete de tabaco a la señorita, ya la cosa explotó. Nos mandaron a la mierda y se fueron, pues que os jodan asquerosas.
Volvimos al hostal despotricando contra el sexo opuesto, nos tomamos la última en la terraza y nos fuimos a dormir. Cuando entré en mi habitación flipé, hace 3 horas seguía vacía y ahora estaba a petar, había 3 parejas, eran todos franceses, me preguntaron que si dormía también ahi y les dije que claro, resulta que habían cogida la habitación solo para ellos, se han debido equivocar los del hostal. Pasaba de ir a hablar con nadie, y como estaban las parejitas en la misma cama les dije que me echaba a dormir. Una chica no parecía muy conforme pero mira, yo estaba aquí antes, y estaba cansado, así que me eché a dormir, mañana Croacia...