domingo, 28 de noviembre de 2010

DIA 19: Lunes 9 de Agosto

Me desperté cuando llegabamos a Rijeka a las 7 de la mañana, estaba que me quería morir pero me tenía que echar otra vez la mochila al hombro. Salí de la estación y me puse a andar hacia donde yo creía que tenía que estar el mar, y acerté, pero me tiré casi media hora andando, poco a poco llegué al puerto, como la chica del primer tren me había dicho que Rijeka es un poco aburrido pasaba de quedarme aquí, ya que me he puesto, habrá que ir hasta donde esté lo bueno y ya casi estoy seguro de que me voy en barco a alguna isla.

Cogí todo el camino del puerto hasta una especie de central donde se debían comprar los billetes para los ferrys, puta mierda, justo en la otra punta y hasta las 10 no abren. Pasaba de quedarme esperando así que volví otra vez a buscar un sitio para desayunar. Me senté en una terraza y me tomé un cafecito, no tenían nada de comer... Eché mis cuentas Kunas-Euros y no llegaba a un euro así que bien, vamos por el buen camino.

Como estaba ahí sentado dándole vueltas y vueltas a donde podía ir pero seguía sin ver nada claro me puse a buscar una oficina de turismo, me encontré un poste de estos que vienen con mapa de la ciudad y algunos sitios marcados y conseguí llegar. También estaba cerrado pero justo enfrente me encontré un kiosko abierto, me puse a mirar dentro y encontré un mapa de carreteras de estos desplegables de toda Croacia. No era precisamente lo que estaba buscando pero bueno, al menos podía ver que coño hay en Croacia, porque he llegado un poco de freestyle.

Volví cerca del puerto y me senté en el suelo para desplegar todo el mapa, tampoco me solucionó mucho la verdad, ví que la isla de Krk que me dijo la chica estaba muy cerca, que había unas cuantas más por esta zona y que Dubrovnik estaba realmente muy lejos, en la otra punta de Croacia. Más o menos lo planteé así, hoy iba a Baska, en Krk, y mañana iría a otra isla, estaría un día o dos, y para Dubrovnik, cuando esté allí ya veremos, hay que relajarse en la playita que llevo casi 20 días sin parar de andar todo el puto día.

Por fín abrieron la oficina de los ferrys y una chica me dio un diptico donde ponía todas las rutas y horarios de la empresa de ferrys que pasaba por Rijeka. A la isla de Krk me dijo que podía ir en autobús, se pasaba por un puente. Aproveché la oportunidad de asearme y entré al baño de la estación, saqué la toalla y el neceser y me lavé los dientes, la cara, los sobaquillos, me cambié de ropa...deluxe. Pasaba de volverme más loco así que me fuí a la estación de buses y pillé el primero que iba a Baska.

Un huequito de mar
Por fín llegamos, parecía que estaba cerca pero tardamos más de dos horas. El autobús nos dejó en un descampao y seguí a todo el mundo que bajaba por una cuesta. Empecé a ver que en un montón de casas ponía el cartel de FEBO que me dijo la chica del tren, pero bajé hasta la playa a ver que tal pintaba el sitio. Bueno, muy bonito, desde la playa se ven un montón de islas rodeándolo todo, el agua es cristalina, pero joder, es una playa de piedras... me apestan las playas de piedras. Me quite la mochila, un trozo de pizza grande por algo más de 1 euro y pitillazo.

Bueno, ahora hay que buscar donde dormir. Volví a ponerme el mochilón y me puse a llamar a todas las casas que ponía FEBO timbre por timbre. Fué una desesperación, estaba todo lleno, algunos me preguntaban cuantos eramos, les decía que solo uno, y ya no querían. Otras me decían que sí, luego me preguntaban que cuantas noches, les decía que solo una y... Buah, menuda fusta, me estaban entrando ya todos los males del calor, de la mochila y de pensar que iba a dormir en la puta calle. La chica tenía razón, son las abuelitas las que llevan todo el cotarro, y voy a terminar odiándolas a todas.

No hubo manera, llevaba mas de dos horas y no encontraba nada así que fuí andando hacia un camping que me dijeron, aunque no llevo tienda de campaña, ¿las alquilaran? por ir y preguntar tampoco pasaba nada así que fuí hasta allá, y justo en las puertas del camping, había al lado un hostal, o algo parecido, en el jardín había unos 30 niños jugando. Pasé el jardín y entré en una especie de comedor, pregunté a las cocineras por una habitación. No tenían ni papa de inglés, pero me dijeron que esperase y llamaron a la encargada.

Lo primero que me dijo era que una excursión había alquilado el sitio, pero como le dije que solo me quedaba una noche al final me enseñó una habitación, no estaba muy segura de si me iba a gustar pero joder, era la polla, una litera para mí solo y un aseo, genial, llevo 20 dias compartiendo cuarto con 6-13 personas. 15 euros y trato hecho. Me dijo que no podía entrar a las duchas porque estaban los niños, y me ofreció ducharme con una manguera en el jardín. Casi que me voy a la playa... Dejé la mochila, me puse el bañador y  me fuí a la playa a darme un bañito. No se cuanto tiempo estuve, pero dormí como un tronco. Me desperté y faltaba poco para que se hiciera de noche. Estaba muerto de hambre y no había traido mas que las llaves así que volví al hostal.



No me hacía mucha gracia pero me sentía un poco asquerosillo y pasaba de ponerme ropa sucia ni limpia así, total que pillé el jabón y me salí al jardín a echarme un manguerazo. Me vestí y volví al pueblo, bueno, ha sido un día tranquilo y tal, pero esto no es lo que buscaba la verdad, solamente hay italianos, parejitas de la mano y personas mayores, no se ven sitios de fiesta, mochileros ni gente joven... Me dí una vuelta por el paseo de la playa inspeccionando todos los restaurantes y al final me decidí por uno baratillo pero que ponían platos bastante hermosos.

Tallarines a la marinera y Cordon Bleu, buaaaaa megacoten y por 10 eurillos. Terminé y me puse a callejear un poco pero vaya, no había mucho que ver, es un pueblo enano y ya me estaba aburriendo así que volví al hostal.

No estaba muy seguro de nada, me he empeñado en venirme por relajarme y estar en la playa unos dias, pero estas playas de piedras... y no se si realmente quiero relajarme... Decidí pensar el siguiente paso más tranquilamente mañana.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

DIA 18: Domingo 8 de Agosto

Me desperté sobre las 10 de la mañana y me dí una duchita. Los franceses ya estaban todos despiertos pero cuando salí de la ducha se habían ido. Fuí a despertar a Emilio, tenemos que preparar el viaje a Croacia, fuí a los ordenadores del hostal mientras se duchaba a ir mirando los trenes y todo. Cuando llegó nos pusimos a mirarlo y como tenía que pagar todos los trenes al final decidió que era mejor no ir a Croacia. Entre el dinero de los trenes, que ha quedado en Milán con su amigo, y que él va para arriba y yo voy para abajo... aquí decidimos separarnos.

Fué una gran pena, me lo he pasado muy bien con él, aunque cierto es que al estar juntos no hemos puesto mucho empeño en conocer a más gente. Puede que por esto decidiese que tampoco era una mala idea. Había que decidirse ya, porque hoy nos íbamos del hostal, así que decidí bajar solo a Croacia. Es un viaje largo, a las 3 de la tarde sale mi tren Budapest-Zagreb, allí tengo que esperar 2 horas y media y coger un tren hasta Rijeka, en la costa, llegaré a las 7 de la mañana. No sé muy bien que es lo que quiero hacer a partir de aquí. Quiero llegar hasta Dubrovnik, la perla del Adriático, y por tierra no hay trenes, hay que pasar por Bosnia y Montenegro, y a parte de que no vale el Interrail creo que igual es un poco peligroso, así que puede que vaya por mar y visite alguna isla interesante.

Esto era lo que pensaba en ese momento, lo que pasara después... es otra historia. Emilio dice que se va a Bratislava, y que después irá a Viena. Bueno, pues apuntamos todo y nos pusimos en marcha. Mi tren sale a las 3 y el suyo a las 4. Recogimos las mochilas, devolvimos las llaves del hostal y nos despedimos de los dueños y de algún medio conocido que andaba por ahí cerca. Decidimos ir a comer bien para despedirnos y ¿a donde fuimos? pues estaba claro, al kebab! Nos quedan los florines justos para un menú coten.

Cuando entramos nos entraron remordimientos, vamos a explotar de kebabs así que vamos a probar algo nuevo, además una comida de despedida tiene que ser con dos platos, como los señores. Emilio pidió un plato de arroz y un filete de pescado. Yo otro plato de arroz y un plato de carne con salsa que tenía muy buena pinta. Menuda fusta de carne!! Podrían haberme avisado, todavía no estoy seguro de si se trataba de riñones, hígados o testículos, no me moló nada, pero tenía mucha hambre así que al final me lo terminé.

Le dejamos todas las monedas que nos quedaban en la cartera de propina a la camarera, yo me quedé una de dos florines, q son extracoten, se parecen y suenan como el dólar de plata de las pelis. La movida es que no se pueden cambiar las monedas en otros países, así que es peso muerto. Os aconsejo separarlas rápido, si no iréis a pagar algo, abriréis la cartera y os volveréis locos, esta... de la República Checa, esta otra... de Polonia...

Eran las 2 y media, así que nos pusimos en marcha y fuimos andando a la estación que no quedaba muy lejos.  Nos pusimos cerquita de mi tren y me quedé hasta casi las 3 en punto con él echando un cigarro, nos echamos una foto, nos dimos un abrazo y nos despedimos.


Me dio penilla, pero aquí estamos, otra vez a la aventura, me encanta, y como no, desde el principio ya liándola. Subo al tren y pregunto por si acaso a uno de los revisores si este tren va a Zagreb, me mira con cara extraña y dice que no con la cabeza. Buah!! a correr, que son ya las 3. Paso al lado de Emilio como las balas y le grito que me he equivocado de tren, le oigo reírse y me grita: Que grande, Moreno!! Miro rápido la pantalla, menos mal, es el de al lado, así que por fin llego, pero por los pelos.

Entro a un vagón que solo hay sentada una señora, le saludo en inglés pero no tiene ni idea, es italiana. Al rato entra otra chica algo más mayor que yo, esta resulta que es de Croacia, así que le pregunto de donde y le digo que igual voy a alguna isla, que me diga las más bonitas. Lo primero me avisa que va a estar todo lleno y me explica como funciona lo del alojamiento en la costa e islas de Croacia. Resulta que no hay albergues como en el resto de Europa, aquí o te vas al hotel, que suelen ser muy caros o tienes que ir a una FEBO. Las FEBO son casas privadas pero que alquilan habitaciones en verano, normalmente gestionadas por abuelitas, que son las que llevan todo el cotarro en Croacia. Me dice que lo voy a tener complicado para encontrar sitio, porque suelen ser para dos personas y si voy solo voy a tener que pagar el precio de dos. Joder, pues bien empezamos. Me dice como van los precios mas o menos para que no me engañen, y me dice que si no encuentro nada, también hay muchas más casas donde alquilan habitaciones, una especie de red mafiosa de abuelitas que ofrecen sus casas a mejor precio que las FEBO oficiales.

Me recomienda ir a la isla de Krk al lado de Rijeka, a Split, y que no me pierda Dubrovnik porque es una maravilla. Al rato se duerme, me paso unas cuantas horas escuchando música y escribiendo y me doy cuenta de una gran cagada, empiezo a tener hambre y no tengo un puto duro, le hemos dado todas las monedas a la chica del kebab, la de dos florines no la gasto. Y por si fuese poco la cantimplora está vacía y el agua del baño no es potable, joder, hasta la 1 de la mañana no llegamos a Zagreb, una gran cagada sí. Necesito un cajero nada más llegar a Zagreb.

Al rato sube en una estación otra chica italiana, más pequeña que yo, lleva un perrito en una caja y nos pregunta si lo puede sacar, que le da mucha pena, así que lo saca. Es un cachorrito, no para quieto, y la chica parece que no quiere que lo toque porque cada vez que se me acerca le riñe. Ya haciéndose de noche llegamos a la frontera con Croacia y nos tienen media hora parados. No paraban de pasar policías por los pasillos, a nuestro vagón entraron cerca de 10. Entraba uno, nos pedía los pasaportes y seguía, al rato entraba otro y lo mismo, cerca de 10 veces ya os lo digo. El último de todos me pidió que le enseñara también una tarjeta de crédito, y me hizo un interrogatorio. Al principio flipó porque le dije que no sabía a donde iba a ir ni sabía donde iba a dormir. Parecía que se enfadaba pero joder, así es. Al final se fue sin decirme nada más.

El perrito de la italiana

El resto del camino a Zagreb lo pasé durmiendo para llevar mejor lo del hambre. Me despertó la croata y me deseó buena suerte. Parece que no era el único con hambre porque formamos una buena cola en el cajero y luego en el kiosko que había en la estación. Me tuve que comer una chocolatina y una bolsa de patatas, no había mucho más. La moneda de aquí se llama Kuna.

Me había quedado sin batería en el móvil, así que me puse a la búsqueda de un enchufe que mis padres se vuelven locos enseguida como me llamen y lo tenga apagado. No encontraba por ninguna parte, al final ví como un móvil encendido encima de una papelera, me acerqué y sí, estaba puesto en un enchufe. Me puse a mirar si había alguno más y vinieron dos chavales a decirme que el móvil era suyo, se los veía todo rayados,  pensaban que quería robarlo. Me piré y al rato volví y ya lo habían quitado así que lo puse y me senté al lado. La espera fue una mierda, me estaba quedando dormido...

Ya por fín a las 3 llegó el tren que me llevaba a la costa. Era importante encontrar un vagón semivacío a ver si podía tumbarme porque estaba que me quería morir. Encontré uno que solo había dos hombres mayores, y estaban sentados juntos, genial. Dejé la mochila arriba, esperé un poquillo a que no entrase nadie, quité los reposabrazos y me tumbé. Nada más hacerlo uno de los viejos me miró con cara de desaprobación y abrió la puerta. Se puso a decir a todos los que andaban un poco perdidos buscando los últimos sitios que entrasen, que teníamos sitio. Que hijo de puta, vengo desde el quinto infierno desgracio, tengo hambre y mucho sueño, pues nada, se me sentaron dos al lado, peor imposible, ahí al roce. Saqué la toalla y me apoyé en la ventana que era un jodido vibrador, al final me dormí sobre las 4, llegamos a Rijeka a las 7.

lunes, 1 de noviembre de 2010

DIA 17: Sábado 7 de Agosto

Me desperté a las 12 y media, la habitación estaba vacía, solo quedaban mis cosas al lado de la cama. Como habíamos planeado ir al balneario pasé de la ducha y fuí a despertar a Emilio. Parece que estamos conectados, aparecía por la puerta con la misma cara de dormido que yo.


Madre mía, nuestros fajos de billetes de gangsters habían menguado. Ayer jodimos decenas de miles de florines. Nos quedábamos muy justitos para hoy y malvivir mañana. Se acabaron las fiestas. Fuimos a desayunar al kebab, la intención era comernos un arrocito blanco y algo de pescado pero al final sucumbimos a los olores de la carne.


Fuimos hacia el autobús de los auriculares para que nos llevara al Spa, nos subimos y para cuando nos dimos cuenta estábamos cruzando el Danubio, por aquí no es... Nos bajamos en cuanto pudimos. Al menos teníamos una vista del parlamento increíble, es el edificio más coten que hemos visto de momento. Como teníamos al lado una entrada de metro y pasábamos de esperar media hora al bus nos metimos y llegamos al balneario en un pliki.


Es el balneario más grande de Budapest, y de los más grandes de Europa. La entrada cuesta unos 12 euros y puedes estar dentro todo el día. Nada más entrar vino una chica a darnos un papel por si queríamos un masaje. Nos quedamos los dos flipando, era guapísima, con unos ojazos color miel claros que no había visto yo en mi vida. La tía nos cató, porque nos quedamos ahí de piedra con la boca abierta delante suyo susurrando, mírala tío, mira que ojos...

Seguimos hasta las taquillas para dejar la mochila y subimos en bañador por unas escaleras que daban a un patio con varias piscinas al aire libre. La primera era la más grande, el agua estaba supercaliente, salían chorros a presión por los laterales y por el suelo para poner encima los pies. También había otros chorros como una cascada, esos eran los mejores. La piscina de al lado era una piscina normal, solo que esta era fria. Y la tercera era lo máximo. Era un círculo con otro círculo dentro, al círculo de dentro se entraba por un huequito, y la gente que había dentro no paraba de dar vueltas en un torbellino. Entrabas y te llevaba la corriente, la gente se lo pasaba pipa, solo había que tener un poco de cuidado para salir y no atropellar a nadie.

Después de unos bañitos entramos dentro del edificio a buscar lo que sería el balneario de verdad, fué una pena no echar ninguna foto porque era increible. Parecía que no se acababa nunca. Había piscinas de burbujas, piscinas calientes, piscinas frias, heladas, con más corrientes, baños de vapor, saunas...

Emilio quería entrar a la sauna. Yo flipé, madre mía que angustia. Era una sauna con olores y una luz verde, pero aparte de que había mucha gente era imposible aguantar 2 minutos. Encima Emilio parecía no entenderme, según él había que aguantar 15 minutos. Este tio está loco así que me fuí antes de que me diera un mal.

Me metí un rato en una piscina que estaba a 40 grados, te podías sentar era lo máximo. Después fuí a otra muy pequeña que estaba vacía, estaba a 16 grados. Metí un pie y flipa, estaba ultracongelada, de vez en cuando llegaba algún tio entraba, se sumergia 3 segundos y volvía a salir. Yo me quedé un rato viendo, la mayoría de la gente hacía como yo, metía un pié y se piraban. De repente llegó un hombre supergordo y barbudo. El típico tio de los Spas de las películas de romanos. Me miró y se empezó a reir. Se metió dentro y me empezó a hacer señas para que entrase. Yo le decía que no con la cabeza, el hombre no hablaba inglés pero como insistía que cojones. Le eché dos huevos y entré, el agua te llegaba por encima de la tripa, cogí aire y me metí del todo. Cuando salí pegué un grito de la ostia. El hombre se reía, salió y me hizo señas para que le siguiera, me llevó a otra piscina caliente, hicimos lo mismo. Entramos, nos sumergimos y volvimos a salir. De ahí fuimos a otra fría, esta de 18, y por último, a la más fria de todas, 12 grados. Esta era como un bidón que había que subir unas escaleras y meterte, madre mía. Cuando salimos le seguí y me hizo señas para que entrásemos a la sauna pero me negué rotundamente, como vió que no nos despedimos con la mano y volví sobre mis pasos para ir a buscar a Emilio. Seguía en la sauna este tio está loco. Quería fliparmelo un poco así que le llevé a la piscina fria y le estuve picando, le hice varias demostraciones y al final se metió pero no quiso volver.

Fuimos a una sala gigante, la más bonita, había 2 piscinas calientes grandes, todo decorado con mosaicos y esculturas, nos sentamos un rato con unos chorros en la espalda y de repente unos chavales españoles empezaron a hacerme señas y a llamarme, me llamaban Moreno, yo estaba flipando. Me acerqué hacia ellos, lo primero que pensé es que serían de Segovia, pero no me sonaban nada de nada. Empezaron a preguntar que qué tal estaba, que qué hacía aquí y yo seguía sin entender nada. Ya tuve que preguntarles quienes eran, y me dijeron que nos conocimos en Praga hacía una semana. Que nos habíamos juntados ellos, unos brasileños, un grupo de chavalas y yo. Buah, maldita absenta, no me acordaba de nada. Estuvimos un buen rato hablando y les dije que si salían esta noche que fueran a la isla Margarita, me dijeron donde estaba su hostal que era muy cerca del nuestro por si nos animábamos pero ya les dije que calavera. Me despedí y volví con Emilio. Fuimos a buscar las toallas, como esto era un laberinto nos costó un rato pero al final las encontramos. Salimos afuera a comernos un helado y nos tumbamos un ratito al sol. Esto del Spa te deja el cuerpo cansado, yo me sentía muy débil. Nos quedamos dormidos pero al despertar yo ya estaba como una rosa. Nos comimos unos bocadillos y nos dimos el último bañito en la piscina.



Ya vestidos y en la calle decidimos volver andando, y ver la calle principal de la ópera, la basílica y el parlamento. Por el camino nos encontramos un concierto en medio de la calle. Nos quedamos un ratillo y seguimos hacia la basílica. Estuvimos hablando con una chica que tenía dos hurones, nos echó una foto y fuimos hacia el río, que había otro concierto. Nos contaron que justo el lunes empezaba un festival enorme en la ciudad, no nos enteramos de nada... Seguimos andando por un paseo al lado del río hasta que se nos hizo de noche y llegamos al parlamento, de lejos es increíble, pero estar a los pies es una pasada. Echamos un par de fotillos y nos sentamos a verlo y descansar.



Nos moríamos de hambre ya así que otra vez a andar, meadita en el Danubio y buscamos un metro para llegar al hostal. Lo primero fuimos al kebab, oootra vez. Ya nos tratan como clientes de toda la vida. Duchita y un poco de terraza. Nos pusimos a hablar de Croacia, yo quería ir ahora a Croacia para bajar por las islas hasta Dubrovnik y llegar a Grecia, pero para Emilio era una liada. Dentro de unos 10 dias tiene que estar en Milán, va a juntarse allí con un amigo suyo de Chile para ver juntos Italia. Además su pase de Eurail (el interrail para los no europeos) viene limitado y no puede coger trenes ni como ferrys en Croacia, Grecia, ni en algunos países como Bosnia y Serbia por los que habría que pasar. Estabamos los dos que no sabíamos qué hacer. El me decía que fuésemos a Bratislaba y después a Viena, pero yo quería playa ya. Y me motivaba mucho llegar hasta Grecia. Dijo que a Croacia si que le hacía ir, pero que no podía bajar más.


Después de dos cervecitas nos fuimos a dar una vuelta por el centro, aunque con cero intenciones de fiesta. Se nos acercaron dos tías así treintañeras y nos empezaron a acosar. Nos pidieron un cigarro y no paraban de tocarnos, decirnos que qué guapos y tal, que fuésemos a tomar algo. Mira Emilio, le dije, a estas en España, las llamamos comebolsas. Les dijimos que vale, pero que eramos pobres, no estaban nada mal, pero es que se les notaba desde lejos, pero como somos tontos...

Nos llevaron a un bar, seguramente el bar más caro de Budapest, con fuentes, acuarios... una cerveza costaba casi 10 euros, estas tias no lo entienden, les dijimos que nanai y salimos otra vez a la calle. Nos dijeron que fuesemos con ellas de fiesta, que iban a ir a la isla esta de ayer y que nos llevaban en coche, ibamos muy justos de pelas pero aceptamos. Nos paramos en una tienda 24 horas a coger unas cervezas. Pusimos todo en el mostrador, una de las tias cogió hasta una botella de champán, y cuando ibamos a pagar, se quedaron las dos de brazos cruzados. A ver, ¿esto lo pagamos entre todos no? Una se enfadó y me empezó a decir que eso no costaba nada, que ellas nos iban a llevar en coche, que cómo eramos así tal y cual, me hicieron sentir de culo, y al final lo pagué.

Estaban un poco mosqueadas, pero se les pasó el enfado, si ya sabía yo que eran unas comebolsas, que tontos somos joder, se relajó el asunto y estuvimos sentaos en un banco echando unas risas pero se volvió a joder el asunto, cuando ya nos íbamos a ir, volvimos a entrar a la tienda. Cogimos más cervezas y una de las tias cogió un paquete de tabaco. Y una polla, mira no vale ni 2 euros, pero es que no le iba a pagar un paquete de tabaco a la señorita, ya la cosa explotó. Nos mandaron a la mierda y se fueron, pues que os jodan asquerosas.

Volvimos al hostal despotricando contra el sexo opuesto, nos tomamos la última en la terraza y nos fuimos a dormir. Cuando entré en mi habitación flipé, hace 3 horas seguía vacía y ahora estaba a petar, había 3 parejas, eran todos franceses, me preguntaron que si dormía también ahi y les dije que claro, resulta que habían cogida la habitación solo para ellos, se han debido equivocar los del hostal. Pasaba de ir a hablar con nadie, y como estaban las parejitas en la misma cama les dije que me echaba a dormir. Una chica no parecía muy conforme pero mira, yo estaba aquí antes, y estaba cansado, así que me eché a dormir, mañana Croacia...