Fué una gran pena, me lo he pasado muy bien con él, aunque cierto es que al estar juntos no hemos puesto mucho empeño en conocer a más gente. Puede que por esto decidiese que tampoco era una mala idea. Había que decidirse ya, porque hoy nos íbamos del hostal, así que decidí bajar solo a Croacia. Es un viaje largo, a las 3 de la tarde sale mi tren Budapest-Zagreb, allí tengo que esperar 2 horas y media y coger un tren hasta Rijeka, en la costa, llegaré a las 7 de la mañana. No sé muy bien que es lo que quiero hacer a partir de aquí. Quiero llegar hasta Dubrovnik, la perla del Adriático, y por tierra no hay trenes, hay que pasar por Bosnia y Montenegro, y a parte de que no vale el Interrail creo que igual es un poco peligroso, así que puede que vaya por mar y visite alguna isla interesante.
Esto era lo que pensaba en ese momento, lo que pasara después... es otra historia. Emilio dice que se va a Bratislava, y que después irá a Viena. Bueno, pues apuntamos todo y nos pusimos en marcha. Mi tren sale a las 3 y el suyo a las 4. Recogimos las mochilas, devolvimos las llaves del hostal y nos despedimos de los dueños y de algún medio conocido que andaba por ahí cerca. Decidimos ir a comer bien para despedirnos y ¿a donde fuimos? pues estaba claro, al kebab! Nos quedan los florines justos para un menú coten.
Cuando entramos nos entraron remordimientos, vamos a explotar de kebabs así que vamos a probar algo nuevo, además una comida de despedida tiene que ser con dos platos, como los señores. Emilio pidió un plato de arroz y un filete de pescado. Yo otro plato de arroz y un plato de carne con salsa que tenía muy buena pinta. Menuda fusta de carne!! Podrían haberme avisado, todavía no estoy seguro de si se trataba de riñones, hígados o testículos, no me moló nada, pero tenía mucha hambre así que al final me lo terminé.
Le dejamos todas las monedas que nos quedaban en la cartera de propina a la camarera, yo me quedé una de dos florines, q son extracoten, se parecen y suenan como el dólar de plata de las pelis. La movida es que no se pueden cambiar las monedas en otros países, así que es peso muerto. Os aconsejo separarlas rápido, si no iréis a pagar algo, abriréis la cartera y os volveréis locos, esta... de la República Checa, esta otra... de Polonia...
Eran las 2 y media, así que nos pusimos en marcha y fuimos andando a la estación que no quedaba muy lejos. Nos pusimos cerquita de mi tren y me quedé hasta casi las 3 en punto con él echando un cigarro, nos echamos una foto, nos dimos un abrazo y nos despedimos.
Me dio penilla, pero aquí estamos, otra vez a la aventura, me encanta, y como no, desde el principio ya liándola. Subo al tren y pregunto por si acaso a uno de los revisores si este tren va a Zagreb, me mira con cara extraña y dice que no con la cabeza. Buah!! a correr, que son ya las 3. Paso al lado de Emilio como las balas y le grito que me he equivocado de tren, le oigo reírse y me grita: Que grande, Moreno!! Miro rápido la pantalla, menos mal, es el de al lado, así que por fin llego, pero por los pelos.
Entro a un vagón que solo hay sentada una señora, le saludo en inglés pero no tiene ni idea, es italiana. Al rato entra otra chica algo más mayor que yo, esta resulta que es de Croacia, así que le pregunto de donde y le digo que igual voy a alguna isla, que me diga las más bonitas. Lo primero me avisa que va a estar todo lleno y me explica como funciona lo del alojamiento en la costa e islas de Croacia. Resulta que no hay albergues como en el resto de Europa, aquí o te vas al hotel, que suelen ser muy caros o tienes que ir a una FEBO. Las FEBO son casas privadas pero que alquilan habitaciones en verano, normalmente gestionadas por abuelitas, que son las que llevan todo el cotarro en Croacia. Me dice que lo voy a tener complicado para encontrar sitio, porque suelen ser para dos personas y si voy solo voy a tener que pagar el precio de dos. Joder, pues bien empezamos. Me dice como van los precios mas o menos para que no me engañen, y me dice que si no encuentro nada, también hay muchas más casas donde alquilan habitaciones, una especie de red mafiosa de abuelitas que ofrecen sus casas a mejor precio que las FEBO oficiales.
Me recomienda ir a la isla de Krk al lado de Rijeka, a Split, y que no me pierda Dubrovnik porque es una maravilla. Al rato se duerme, me paso unas cuantas horas escuchando música y escribiendo y me doy cuenta de una gran cagada, empiezo a tener hambre y no tengo un puto duro, le hemos dado todas las monedas a la chica del kebab, la de dos florines no la gasto. Y por si fuese poco la cantimplora está vacía y el agua del baño no es potable, joder, hasta la 1 de la mañana no llegamos a Zagreb, una gran cagada sí. Necesito un cajero nada más llegar a Zagreb.
Al rato sube en una estación otra chica italiana, más pequeña que yo, lleva un perrito en una caja y nos pregunta si lo puede sacar, que le da mucha pena, así que lo saca. Es un cachorrito, no para quieto, y la chica parece que no quiere que lo toque porque cada vez que se me acerca le riñe. Ya haciéndose de noche llegamos a la frontera con Croacia y nos tienen media hora parados. No paraban de pasar policías por los pasillos, a nuestro vagón entraron cerca de 10. Entraba uno, nos pedía los pasaportes y seguía, al rato entraba otro y lo mismo, cerca de 10 veces ya os lo digo. El último de todos me pidió que le enseñara también una tarjeta de crédito, y me hizo un interrogatorio. Al principio flipó porque le dije que no sabía a donde iba a ir ni sabía donde iba a dormir. Parecía que se enfadaba pero joder, así es. Al final se fue sin decirme nada más.
El resto del camino a Zagreb lo pasé durmiendo para llevar mejor lo del hambre. Me despertó la croata y me deseó buena suerte. Parece que no era el único con hambre porque formamos una buena cola en el cajero y luego en el kiosko que había en la estación. Me tuve que comer una chocolatina y una bolsa de patatas, no había mucho más. La moneda de aquí se llama Kuna.
Me había quedado sin batería en el móvil, así que me puse a la búsqueda de un enchufe que mis padres se vuelven locos enseguida como me llamen y lo tenga apagado. No encontraba por ninguna parte, al final ví como un móvil encendido encima de una papelera, me acerqué y sí, estaba puesto en un enchufe. Me puse a mirar si había alguno más y vinieron dos chavales a decirme que el móvil era suyo, se los veía todo rayados, pensaban que quería robarlo. Me piré y al rato volví y ya lo habían quitado así que lo puse y me senté al lado. La espera fue una mierda, me estaba quedando dormido...
Ya por fín a las 3 llegó el tren que me llevaba a la costa. Era importante encontrar un vagón semivacío a ver si podía tumbarme porque estaba que me quería morir. Encontré uno que solo había dos hombres mayores, y estaban sentados juntos, genial. Dejé la mochila arriba, esperé un poquillo a que no entrase nadie, quité los reposabrazos y me tumbé. Nada más hacerlo uno de los viejos me miró con cara de desaprobación y abrió la puerta. Se puso a decir a todos los que andaban un poco perdidos buscando los últimos sitios que entrasen, que teníamos sitio. Que hijo de puta, vengo desde el quinto infierno desgracio, tengo hambre y mucho sueño, pues nada, se me sentaron dos al lado, peor imposible, ahí al roce. Saqué la toalla y me apoyé en la ventana que era un jodido vibrador, al final me dormí sobre las 4, llegamos a Rijeka a las 7.
Eran las 2 y media, así que nos pusimos en marcha y fuimos andando a la estación que no quedaba muy lejos. Nos pusimos cerquita de mi tren y me quedé hasta casi las 3 en punto con él echando un cigarro, nos echamos una foto, nos dimos un abrazo y nos despedimos.
Me dio penilla, pero aquí estamos, otra vez a la aventura, me encanta, y como no, desde el principio ya liándola. Subo al tren y pregunto por si acaso a uno de los revisores si este tren va a Zagreb, me mira con cara extraña y dice que no con la cabeza. Buah!! a correr, que son ya las 3. Paso al lado de Emilio como las balas y le grito que me he equivocado de tren, le oigo reírse y me grita: Que grande, Moreno!! Miro rápido la pantalla, menos mal, es el de al lado, así que por fin llego, pero por los pelos.
Entro a un vagón que solo hay sentada una señora, le saludo en inglés pero no tiene ni idea, es italiana. Al rato entra otra chica algo más mayor que yo, esta resulta que es de Croacia, así que le pregunto de donde y le digo que igual voy a alguna isla, que me diga las más bonitas. Lo primero me avisa que va a estar todo lleno y me explica como funciona lo del alojamiento en la costa e islas de Croacia. Resulta que no hay albergues como en el resto de Europa, aquí o te vas al hotel, que suelen ser muy caros o tienes que ir a una FEBO. Las FEBO son casas privadas pero que alquilan habitaciones en verano, normalmente gestionadas por abuelitas, que son las que llevan todo el cotarro en Croacia. Me dice que lo voy a tener complicado para encontrar sitio, porque suelen ser para dos personas y si voy solo voy a tener que pagar el precio de dos. Joder, pues bien empezamos. Me dice como van los precios mas o menos para que no me engañen, y me dice que si no encuentro nada, también hay muchas más casas donde alquilan habitaciones, una especie de red mafiosa de abuelitas que ofrecen sus casas a mejor precio que las FEBO oficiales.
Me recomienda ir a la isla de Krk al lado de Rijeka, a Split, y que no me pierda Dubrovnik porque es una maravilla. Al rato se duerme, me paso unas cuantas horas escuchando música y escribiendo y me doy cuenta de una gran cagada, empiezo a tener hambre y no tengo un puto duro, le hemos dado todas las monedas a la chica del kebab, la de dos florines no la gasto. Y por si fuese poco la cantimplora está vacía y el agua del baño no es potable, joder, hasta la 1 de la mañana no llegamos a Zagreb, una gran cagada sí. Necesito un cajero nada más llegar a Zagreb.
Al rato sube en una estación otra chica italiana, más pequeña que yo, lleva un perrito en una caja y nos pregunta si lo puede sacar, que le da mucha pena, así que lo saca. Es un cachorrito, no para quieto, y la chica parece que no quiere que lo toque porque cada vez que se me acerca le riñe. Ya haciéndose de noche llegamos a la frontera con Croacia y nos tienen media hora parados. No paraban de pasar policías por los pasillos, a nuestro vagón entraron cerca de 10. Entraba uno, nos pedía los pasaportes y seguía, al rato entraba otro y lo mismo, cerca de 10 veces ya os lo digo. El último de todos me pidió que le enseñara también una tarjeta de crédito, y me hizo un interrogatorio. Al principio flipó porque le dije que no sabía a donde iba a ir ni sabía donde iba a dormir. Parecía que se enfadaba pero joder, así es. Al final se fue sin decirme nada más.
El perrito de la italiana |
El resto del camino a Zagreb lo pasé durmiendo para llevar mejor lo del hambre. Me despertó la croata y me deseó buena suerte. Parece que no era el único con hambre porque formamos una buena cola en el cajero y luego en el kiosko que había en la estación. Me tuve que comer una chocolatina y una bolsa de patatas, no había mucho más. La moneda de aquí se llama Kuna.
Me había quedado sin batería en el móvil, así que me puse a la búsqueda de un enchufe que mis padres se vuelven locos enseguida como me llamen y lo tenga apagado. No encontraba por ninguna parte, al final ví como un móvil encendido encima de una papelera, me acerqué y sí, estaba puesto en un enchufe. Me puse a mirar si había alguno más y vinieron dos chavales a decirme que el móvil era suyo, se los veía todo rayados, pensaban que quería robarlo. Me piré y al rato volví y ya lo habían quitado así que lo puse y me senté al lado. La espera fue una mierda, me estaba quedando dormido...
Ya por fín a las 3 llegó el tren que me llevaba a la costa. Era importante encontrar un vagón semivacío a ver si podía tumbarme porque estaba que me quería morir. Encontré uno que solo había dos hombres mayores, y estaban sentados juntos, genial. Dejé la mochila arriba, esperé un poquillo a que no entrase nadie, quité los reposabrazos y me tumbé. Nada más hacerlo uno de los viejos me miró con cara de desaprobación y abrió la puerta. Se puso a decir a todos los que andaban un poco perdidos buscando los últimos sitios que entrasen, que teníamos sitio. Que hijo de puta, vengo desde el quinto infierno desgracio, tengo hambre y mucho sueño, pues nada, se me sentaron dos al lado, peor imposible, ahí al roce. Saqué la toalla y me apoyé en la ventana que era un jodido vibrador, al final me dormí sobre las 4, llegamos a Rijeka a las 7.
hola, me ha gustado mucho tu ruta, me podrias dar tu correo??? y me dices la ruta, duración, etc.... y sigue esribiendo hombre jeje
ResponderEliminardesde luego, si piensas ir por estos sitios t puedo echar un cable con el alojamiento y alguna cosita mas, tours gratis... escribeme con lo que necesites a dmoreno1987@hotmail.com
ResponderEliminarEstoy muy liado con examenes de fin de carrera, pero voy a hacer todo lo posible por actualizar ya lo que me queda en cosa de un mes, un saludo!!