lunes, 20 de septiembre de 2010

DIA 15: Jueves 5 de Agosto




Me desperté a las 11 de la mañana. Emilio parecía feliz durmiendo así que no le desperté. Fuí al bar del hostal a pegarme un buen desayuno, un tazón de cereales, dos tostadas con queso, café... era el único que estaba en el bar y de repente empecé a oir un jaleo de la ostia.



Irrumpieron en el bar cerca de 30 tios gigantes, todos supermachacados y llevaban todos la misma camiseta. Detrás ponía algo así como "reunión de hombres por el casamiento de Richard... y su apellido". Entraron a lo bestia, uno de ellos cogió en brazos a la chica de recepción que no sabía si reirse o llorar. Cuando me vieron sentado uno me empezó a vacilar y otros dos se reían. No entendí muy bien que me decían pero pasé de ellos. Eran un equipo de rugby inglés, despedida de soltero en Krakovia.



Daban miedo de verdad, eran unos jodidos animales. No paraban de cantar y darse ostias así de broma, empezaron a pedir cervezas, los que llevaban botellines se hacían la gracia de darse con el culo del botellin para sacarles la espuma a los demás, los que bebían en vaso se dedicaban a meter las bolas del billar en los vasos de los demás, o se las tiraban directamente al pecho. Cuando digo que eran 30 no bromeo, en 15 minutos que estuve desayunando y echando el piti la liaron pardísima. Otro volvió a tocarme los cojones, esta vez con gestos ya que vió que no le entendía bien. Mierda de gente...



Esto no podía acabar bien así que fuí a despertar a Emilio para recoger las mochilas ya y pirarnos. La habitación había que dejarla a las 11. Mientras este se despertaba fuí a darme una ducha, y mientras me estaba duchando uno de los subnormales estos entró al baño, no se que ostias dijo y apagó la luz. Le pegué unos cuantos gritos pero nada, me tocó ducharme a oscuras.



Cuando salí de las duchas y entré en la habitación Emilio no estaba, los que sí que estaban eran los putos ingleses, habían metido ya a 6 en el cuarto. Nada más entrar ya empezaron a insultarme, en momentos como este es en los que me gustaría estar a tope, soltar 4 ostias en plan bruce lee y sacarles las tripas, pero hay 30 tios 4X4 rondando por el hostal, y cualquiera de estos 6 me rebienta, así que me tocó hacerme el tonto, les dije que "I don't understand" a ver si me dejaban en paz, me dijeron con gestos que les comiera la polla y yo les respondí en español que me la comieran ellos a mí. Decidí no hacer caso, cuando llegué a mi mochila ví que le habían dado patadas a mis cosas, una zapatilla estaba encima de la cama, la otra debajo. Me puse a recogerlo todo, la cantimplora no estaba donde yo la había dejado y cuando me agaché a cogerla noté que estaba caliente. HIJOS DE PUTA!! Ya sabía lo que habían hecho pero no podía creermelo, la abrí y olí dentro. Se habían meado en mi cantimplora megacoten azul eléctrico que mantiene el agua fría que te cagas.



Exploté, me hervía la sangre, agarré la cantimplora y me planté cara a cara con el que más me había estado vacilando, pero no le llegaba ni a la barbilla. Le pegué 4 buenos gritos, le dije que como txorra podían ser tan personajes, que llevaban 5 minutos en la habitación y ya se habían meado en mi cantimplora. Era justamente lo que ellos querían, solo querían pegarme, se veía venir. Ya empezaron todos a decirme que cual era mi problema, que si estaba bien o vaya, que o agachaba la cabeza o me iban a partir la cara.



Les dije que eran todos unos hijos de puta, en español por si acaso, les miré con odio y me dí la vuelta, se empezaron a reir. Es increible, esta gente no tiene más que dos neuronas, una para beber y otra para pegarse. Salí fuera del hostal a la calle a fumarme un pitillo, me temblaban las manos, me moría de la rabia, joder, joder, joder... no puedo hacer nada, me van a matar. Pero si una cosa soy yo y no se si para bien o para mal es muy vengativo. Antes me muero que quedarme de brazos cruzados mientras se rien en mi cara. Ya me he llevado buenos palos por hacer mal las cosas, y he aprendido que si quieres vengarte a veces hay que cavar dos tumbas, así que tenía que darle bien al coco. Y mi cabeza empezó a maquinar planes de venganza. Tirarles el meado encima = me van a partir la cara. Chivarme a la chica del hostal = voy a ser el más pringao de toda Krakovia. Era dificil vengarse de estos tios, casi todo lo que pensaba acababa en tragedia, pero tras fumarme 2 cigarros seguidos con todos los nervios encima conseguí idear el golpe perfecto.



Cuando Emilio y yo llegamos al hostal hace dos días, en la recepción estaba una chica pero la de hoy por la mañana era otra distinta, y en este hostal tienen un caos de la ostia con las llaves, a nosotros nos dieron llaves equivocadas hasta que a la tercera acertaron, así que puedo aprovechar estos dos factores a mi favor.



Entré al hostal y me informé en el ordenador de las paradas que hacía nuestro tren nocturno y si había algún tren que saliera por la tarde hasta alguna de estas paradas para tener una vía de escape. Perfecto, un pueblo a 100 kilómetros de Krakovia, salida a las 8 de la tarde.



Le expliqué a Emilio lo que ibamos a hacer, pensaba que de primeras no iba a querer, pero no puso muchas pegas, me gustó su actitud. Hay cosas que aunque estén mal hay que hacerlas. Se lo merecen.



La idea era esta, ibamos a recoger las mochilas y después ibamos a devolver las llaves en recepción. Mientras uno dejase sus llaves el otro iba a hacerse el loco con la mochila, la chica de recepción está nerviosa por los nuevos huéspedes y es muy probable que no caiga en la cuenta de que nos dieron 2 juegos de llaves. Le diremos que nos vamos a Praga, aunque vayamos a Budapest, nos despediremos, le diremos que todo ha estado perfecto y que muchas gracias por todo. Después iremos a la estación a dejar las mochilas en una taquilla, si tenemos que salir corriendo del hostal es mejor no llevar peso. Nos iremos tranquilamente a ver la ciudad, hoy hace buen dia y hay que aprovecharlo aunque haya empezado un poco mal. Estos tíos solo han venido a Krakovia a emborracharse, así que lo más seguro es que estén todo el día fuera, intentaremos no cruzarnos con ellos. Volveremos al hostal por la tarde, hay cambio de turnos en recepción así que quien esté no sabrá nada de que nos ibamos. Entraremos tranquilamente en la habitación, el día que llegamos comprobamos que casi todas las taquillas de dentro están estropeadas, todas van con llave en vez de candado, y si tiras con fuerza se abren. Estamos a Jueves, lo más seguro es que estos tios vengan de Jueves a Domingo, así que han tenido que traer mucha pasta. Calculo que unas 500 libras por cabeza, hablamos de más de 600 euros y han tenido que dejar la mayor parte en la habitación. Si lo multiplicamos por 6 serían 3.600 euros, puede que demasiado, muy a malas conseguiremos la mitad. Emilio se quedará en la calle y yo entraré a dar el palo. Estaremos todo el rato hablando por el móvil, por si acaso vuelven. Un taxi nos estará esperando en la puerta. Cuando consiga todo, dinero, cámaras, móviles, pasaportes, lo que pille, bajaré. Subimos al taxi, cogemos las mochilas y nos vamos en tren al pueblo donde cogeremos el tren nocturno a Budapest. Si los ingleses descubren lo que hemos hecho van a salir a darnos caza y el primer sitio donde irán será a la estación así que tenemos que hacerlo todo perfecto, no podemos quedarnos hasta las 10 que es cuando habíamos reservado.



Al volver a la habitación flipé, definitivamente estos tíos son deficientes mentales, estaban los 6 meando las paredes, los 6. Las paredes de su propia habitación, donde van a dormir. Me dieron ganas hasta de reírme pero no les iba a dar ese gusto. En mi cabeza solo hay venganza. Recogimos todo, los muy cerdos me dijeron que me olvidaba la cantimplora, les miré y sonreí (os vais a cagar) y fuimos a recepción, todo salió perfecto, según lo planeado. Salimos del hostal con las llaves de la habitación. Fuimos a la estación a dejar las mochilas y empezamos a andar hacia el centro. Vamos a olvidarnos de los ingleses por un rato, aunque cada media hora nos cagábamos en sus muertos, en su país y en la boda del prometido. Ojala se case con una zorra que flipas.




Cogimos el mismo camino que la noche que salimos con los vascos y llegamos a una plaza así bonita. Había una plaga de palomas, nos echamos un par de fotos y preguntamos a la gente por el castillo. A mitad de camino nos encontramos la casa donde nació Juan Pablo II, no tenía ni idea de que era de aquí. Seguimos andando y llegamos por fín al castillo. Había colas a la entrada para sacar entradas, nos quedamos ahí todo ratas que no sabíamos que hacer, y justo un matrimonio de españoles nos dijo q eran entradas para museos, que podíamos entrar gratis, así que seguimos caminando y entramos sin problemas.



No me gustó demasiado, a Emilio sí porque todo esto es muy distinto para él pero vaya, yo estoy acostumbrado a los castillos medievales de España y esos sí que son guapos. Los de aquí me parecen demasiado modernos. Había hasta un bar dentro en los jardines y le invité a Emilio a una birra. Se estaba genial al sol, ya era hora de que nos hiciera un día bueno. Seguimos con nuestros planes de venganza y hablando de nuestras vidas. Me contó muchas historias graciosas, pero de la que nunca me olvidaré es de "el hombre loco que disparaba a los perros". Vivía en su pueblo allí en Chile, y el hombre tenía una huerta muy grande, llena de tomates, lechugas, etc. bueno pues en su pueblo había muchos perros callejeros, y se metían siempre en la huerta a destrozarsela. El hombre se cansó de los perros y empezó a defender su huerta a tiros de escopeta. Siempre estaba maldiciendoles con la escopeta en la mano. Un día sus hijos fueron a visitarle, y con ellos iban unos amigos, un matrimonio que tenía 3 perros. Al llegar a su jardín el hombre salió como un loco, cagandose en la madre de los putos perros, mientras sus hijos le saludaban con la mano y acto seguido se echaban las manos a la cabeza viendo al hombre salir con la escopeta. El hombre empezó a disparar a los perros. Y todos gritaban que parase pero él ni caso. Los dueños solo gritaban: NOO, AL PEQUEÑO NO LO MATES!! El hombre preguntó cual era el pequeño, y pumba!! a la mierda perros, grandes o pequeños, todos son enemigos de la huerta. A poco me meo encima, así igual no es tan graciosa, pero podeis pedirme que os la represente en vivo cuando querais.



Terminamos la cerveza y seguimos dando vueltas por el castillo, llegamos a un mapa y vimos que había una cueva llamada la cueva del dragón, yo pensaba que igual era como una que ví de pequeño en disneylandia, que había un dragón de mentiras todo el rato echando humo y a ratos se mosqueaba así que le convencí a este para entrar y fuimos a buscarla, tuvimos que pagar, no recuerdo, una miseria y entramos. Tuvimos que bajar una escalera de caracol larguísima, muy estrecha, y entramos a la cueva. Era humeda, llena de estalactitas y luces artificiales pero ni rastro del dragón, seguimos andando y nada, vimos que llegabamos a la luz del día así que dimos la vuelta para mirar bien en los rincones, no fuera a ser un dragón pequeño, vaya tontos somos, salimos fuera al final y ahi estaba, un trozo de piedra vaya fusta. Nos han engañado. Pobres niños que entran a ver el dragón, compran camisetas del dragón, peluches del dragón y tienen que ver esta mierda...



Descubrí que echaba fuego, me vino un olorcillo a gas y me fijé bien en la boca que estaba negra, Emilio no me creía así que apostamos 10 pavos, y a los pocos minutos echó fuego. Bueno, algo es algo, la apuesta no se la cobré claro. Dimos un paseo de vuelta al centro por el río que estaba justo al salir de la cueva, y nos comimos un bocata. Eran cerca de las 3, aún nos quedaba tiempo.



Había visto a mucha gente joven con ropa de boxeo. Charlie, Everlast... que en España me cuestan algo caras así que pregunté a un chaval donde había alguna tienda y fuimos para allá a ver si había alguna camiseta guapa. Nos costó un huevo encontrarla, estaba en un callejón bien camuflada. Eran diseños bastantes horteras y para estar en Krakovia no era tan barato, así que a la mierda, nos fuimos. Decidimos ir al centro comercial a ver si encontrabamos algo mejor y ya de paso a comprar pan para llevarnos unos bocatas al tren. Encontramos en alguna tienda de deporte pero lo mismo, no me convenció así que nos fuimos.



Era el momento de volver al hostal. Igual hasta un poco tarde. Cuando llegamos no había ni un solo inglés en el hostal, reinaba la calma. Era el momento, le dije a Emilio de ponernos manos a la obra pero dijo que esperaramos, que nos hicieramos los bocatas así los tendríamos ya listos y nos ibamos con la cena preparada. Preparamos bocadillos de pechugas de pollo con lechuguita, tomate y todo, mientras tanto, me acerqué a la habitación para evitar sorpresas, puse la oreja y no oí un alma, así que abrí la puerta para comprobarlo, nadie, solo estaban sus cosas. Era el momento, teníamos la adrenalina a tope. Como nos estabamos haciendo la picha un lio entramos al bar a detallar todos los pasos. Tanto pensar que la cagamos, de repente entraron al bar 4 tios del equipo de rugby. Pidieron una ronda, no podía creermelo, no eran ni las 7, no estaba dispuesto a irme de rositas así que convencí a Emilio para que salieramos. Ibamos a hacerlo, aunque estuvieran en el bar, era muy peligroso, pero teníamos que hacerlo. Con 2 minutos tenía tiempo de hacerlo, tenía el corazón a mil pero me daba igual. Bajamos rapido a la calle para comprobar que no hubiese cerca ninguno más que nos diera una sorpresa. Joder, estaban llegando por todas partes, todo el puto equipo. Entramos otra vez, nos metimos en la cocina a esperar para ver qué hacían, si se reunían todos en el bar aún podríamos jugarnosla, aunque era muy muy peligroso, las probabilidades de quedarse invalido de por vida eran altas. Una vez entraron todos tuvimos que desechar la idea de vigilar el bar y hacerlo. No había manera de controlarlos, podríamos dejar a 1 k.o. si me sorprendía, y ganar algo de tiempo, los tios iban que se caían pero al final nos iban a dar caza, no podemos.



Seguían con ganas de bronca, así que nos fuimos del hostal, salimos a la calle, no sabíamos qué hacer, y una mierda me iba sin intentar algo, así que a esperar. Nuestro tren sale a las 10 y media, decidimos vigilar la puerta y entrar a saco una vez se fueran todos despues de recuperarse un poco y ducharse, pero ese momento no llegaba, seguían todos dentro, yo tenía localizada la ventana de nuestra habita y los cerdos seguían dentro. Maldiciones a tutiplen, al final se han reido de mí y no se la devuelvo. Soy el más pringado de toda Krakovia, no me voy a librar nunca de esta sensación, no puedo, no puedo, eran ya casi las 10 y todabía no habían salido. Traté de convencer a Emilio de que no fueramos al tren, que nos quedasemos un día más, esperaríamos lo que hiciese falta y entraríamos a cumplir la venganza pero no hubo manera. Hemos planeado el viaje hace 3 días, tenemos cama reservada y todo, no le parecía muy inteligente quedarnos. Maldita sea, me daban ganas de quedarme solo y juntarme con este mañana en Budapest, pero había que ser sensatos. Empezamos a andar hacia la estación con la cabeza agachada, la hemos cagado, tendríamos que haberlo hecho por la mañana, y pirarnos antes. Dejé las llaves de la habitación en el suelo, nada más cruzar la esquina, pone cual es el número, con un poco de suerte alguien conoce el hostal y da el golpe por nosotros.



Llegamos a la estación y vino el tren, este era mucho mejor que el que nos trajo desde Praga. El compartimente era igual que el del primer tren que cogí a París. Hacía un calor infernal, y no estabamos solos pero a la mierda, era excesivo, en 5 minutos dentro sudabamos como putas, así que nos quedamos en gallumbos, mucho mejor. Ayudamos a uno de nuestros compis a subir arriba al compartimento su maleta y en el intento a poco me parto un dedo, lo que sí que rompimos fué la luz, y nos quedamos a oscuras con la luz de emergencia, que hacía un pitido horrible. Menos mal que podía apagarse girando una cosa, y nos despedimos de ruidos y de luces, a dormir. A mitad de la noche me despierta Emilio, el tío estaba girando el interruptor de la luz como un loco, con cara de apurado, y el pitido no paraba, al final lo arreglamos y nos dormimos.



viernes, 10 de septiembre de 2010

DIA 14: Miercoles 4 de Agosto (Parte 2)

Llegamos a Krakovia sobre las 5 de la tarde. Esta noche íbamos a salir así que fuimos al Carrefour del centro comercial a pillar cena y bebida. Las cervezas eran ultrabaratas, pillamos mucha variedad, Leffe, Desperados; Franciskaner... unos 5 litros entre una cosa y otra para los dos. Pillamos también cositas para hacernos una ensalada a la noche y fuimos para el hostal a descargarlo todo.

Estaba lloviendo otra vez, menuda fusta, así que nos echamos a dormir. A mi me faltaban ya como 20 horas de sueño entre los últimos días. El canso de Emilio me vino a despertar unas 4 veces, al final para cuando me desperté eran las 12 y media de la noche. Me pegué una ducha y fuí a la cocina que estaba Emilio con los vascos. Bueno, estos chavales eran 3 chicos y una chica, de Bilbao los 4. Uno de ellos estaba enfermo y se había quedado en la cama.

Ya estaban hablando de salir así que pasé de hacerme la cena. Emilio debía querer que la hiciese yo porque estaba todo sin abrir, vaya pajaro. Estaban jugando unos kinitos, espere que terminaran y me uní al siguiente. Lo llamaban minijuegos, no había jugado nunca. Se revolvían todas las cartas en medio y las ibas cogiendo por turnos. Cada número o figura era una prueba distinta, unas para hacerlas tú y otras para hacer mandatos. La Sota por ejemplo te la guardabas y servía para ir al baño, si no no podías ir, también podías venderla a cambio de un mandato. Estuvo bien, y los chavalillos estos eran más majos que la ostia, que aun no habíamos estado mucho con ellos. Mañana se piraban a Berlin 4 días y volvían para Euskadi en avión.

Estuvimos un rato más jugando, me dió tiempo a beberme unas cuantas y sobre las 2 salimos para el centro. Había ambientillo, primero fuimos a un kebab que Emilio y yo estábamos desmayaos y parece que la cagamos porque a las 3 cerraban todo y nos decían en todos los bares que iban a cerrar, un tio nos dijo que fueramos a uno que cerraba a las 4 y cuando llegamos estaba vacío, justo salían 3 pivones cuando llegamos. La chica se quería ir a dormir y le acompañó uno de sus amigos así que nos quedamos Emilio, Iker y yo.

Seguimos buscando algún sitio y de repente se nos acercó una chica muy simpática, nosotros con el pedo le preguntábamos por mujeres, y resulta que era relaciones públicas de un bar, estaba cerca y nos acompañó, cerraban a las 6, y estaba lleno de tias buenas, claro, como no, era un jodido local de streeptease. Pensareis que somos unos degenerados, pero joder, tampoco es nada malo, es un streeptease, ahí se queda la cosa, además mi primera vez. Y como no queríamos más que ver Krakovianas pues a la mierda, las vemos pero bien vistas, y entramos para adentro. Era muy barato, creo que fueron 30 Zlotis, unos 7 euros con consumición.

Nos pasaron un detector de metales, yo flipé. Subimos unas escalerillas y llegamos al coten. Había una barra y al fondo una sala grande con millón de sofás, una plataforma con barra en el centro y millón de pivones por ahí pululando. Las tías se iban subiendo a la plataforma por canciones, lo hacían de puta madre, subían hasta el techo por la barra, daban mil vueltas, se cogían de una sola mano...parecían trapecistas, y vaya qué decir, estaban todas increíbles.

Pillamos un par de sofás, unas cervezas y ala, a gozar, nos metimos bastante en el papel, aplausos, giños... pero vaya no metimos billetes a las tias en plan degenerados así que solo se nos acercaron un par de veces. Yo le dije a una que viniera y le dije al oido que era la "Most Beatiful girl of the world", me ofreció un show privado pero yo pasaba, aparte que se me iba de las manos, eso ya no era tan barato.

Vinieron unos tios y se nos sentaron al lado, desde el principio me parecieron gitanos y ya luego ví que hablaban español y flipé. Eran un grupo de flamenco, no me acuerdo el nombre del grupo, pero vaya, creo que no eran muy famosos. Habían venido a dar un concierto. Enfrente había otros españoles también, como nos canta jaja.

A las 5 ya dijimos de irnos, nos costó un rato, cuando nos decidíamos uno de los 3 decía, esperad, esperad, después de esta tía. La última fué la que me había gustado. Ya nos fuimos, peor de como habíamos entrado, en fín, otro día sin pillar cacho. Y mañana tenemos el tren nocturno a Budapest, vaya mierda. Por culpa de un Kebab perdimos la oportunidad de ver si era cierto que aquí las mujeres se te tiraban encima...

De todos modos, en Brujas uno de los chavales de Cornellá me dijo que el interrail tenía una maldición, que no se follaba. Pero me hizo una premonición, me dijo que yo iba a romper esa maldición, y que la rompería en Budapest, en un Spa. No me quedan más cojones que confiar en él.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

DIA 14: Miercoles 4 de Agosto (Parte 1) Auschwitz


Nos despertamos a las 7 de la mañana, desayunamos con los vascos y fuimos a coger el autobus a Auschwitz. Es algo más de una hora de camino, nos pusieron un documental sobre el III Reich. Intenté verlo pero al final me quedé dormido.

Al llegar a la entrada hicimos una pequeña cola para coger un aparato con unos auriculares. Hay muchos grupos de visita y los guias no pueden ir gritando para que les oigan. Con estos aparatos pueden hablar en voz baja por el micro, por respeto a lo que pasó aquí.

Auschwitz se dividía en 3 campos. Uno fué destruido cuando llegaron los rusos, hoy vamos a ver los otros dos.

En la entrada a Auschwitz hay un letrero en alemán que dice: "El trabajo os hará libres". Es un complejo de edificios grandes de varios pisos rodeado de una valla electrificada. Dentro de cada edificio hay varias exposiciones, empezamos por una en la que nos explicaban que ocurría el primer dia que llegaban aquí las personas. Como ya sabeis esta gente era subida a los vagones a la fuerza, pero no sabían muy bien a donde se dirigian. Les decían que les iban a llevar a un lugar donde pudieran vivir en paz, con nuevas casas, oficios, aunque en la mayoria de los casos no daban muchas explicaciones.


Los alemanes no querían que se propagara el pánico así que mandaban a todo el mundo escribir sus nombres en las maletas, para que pudieran ser devueltas a la llegada, y así lo hicieron todos. Esas maletas eran desvalijadas por las SS, nunca volvieron a saber de sus cosas. Los vagones en los que viajaban desde niños hasta ancianos estaban cerrados a cal y canto, no entraba la luz, ni tenian apenas ventilación. Durante todo el viaje no recibían comida ni agua, ni tenían donde poder hacer sus necesidades. Tenían que hacerlo ahi mismo. Dependiendo de donde procediera el tren, hubo viajes de más de 14 días, y a esta gente no le atendió nadie. Cuando por fín llegaban muchos habían muerto y el resto se encontraban muy deteriorados ya.

Al ir llegando los prisioneros eran puestos en fila, les quitaban la ropa, les afeitaban la cabeza y eran tatuados con un número que sería su identificación a partir de ese momento. Después de esto les limpiaban con una manguera de agua helada, muchos no sabían que esta sería su última ducha. Si alguno de ellos usaba gafas se las quitaban y si llegaba en los vagones algún discapacitado, personas con muletas, piernas ortopédicas, etc. también eran expropiados de sus prótesis. La mayoría de estos discapacitados murió su primer día, durante el trabajo o sufriendo abusos de los soldados alemanes.



Al principio, las condiciones de vida que aquí tenían eran muy similares a las de Sachsenhausen. Los prisioneros eran tratados como esclavos obligados a trabajar todo el día sin apenas llevarse nada a la boca. Tenían preparada una plataforma en el centro del campo donde ahorcaban al que no obedecía cualquier orden, aquí también dejaban los cuerpos colgados varios días, a la vista de hombres, mujeres y niños.


Todos eran amontonados en literas, en las que tenían que dormir hasta 4 personas por cama, si alguien se giraba durmiendo, todos tenían que girarse. Dentro de cada barracón había unos aseos comunitarios con capacidad para unas 30 personas, por las mañanas tenían 10 minutos para limpiarse más de 500 personas antes de ir a las fabricas.

Llegamos a un edificio donde trabajaban una especie de jueces-verdugos alemanes. Cuando algún prisionero cometía alguna falta era enviado a una habitación donde se encontraban estos hombres, la mayoría de los casos era resuelto con el fusilamiento, saliendo por una puerta en esa misma habitación se encontraba el paredón. Si se trataba de alguna falta más grave, y cuando digo grave me refiero a robar un trozo de pan o no soportar el trabajo, el castigo era mucho peor. El sotano de este edificio era una autentica camara de torturas. Hay cosas que es mejor no nombrarlas, pero para que os hagais una idea de la crueldad que sufría esta gente, os voy a hablar sobre dos celdas de castigo. El funcionamiento de una es simple, cuando alguien entraba solamente salía muerto. No había luz, ni les daban comida ni agua, los nuevos entraban junto con los cadaveres putrefactos. Le llamaban la celda del hambre.

La traducción de la segunda sería la celda de estar de pie. Había 3, tenían solamente un metro cuadrado de ancho. Metían aquí dentro a 4 personas por las noches, tenían que dormir de pie, casi sin aire, para entrar lo hacían a gatas por una entrada que había en el suelo. Cuando se hacía de dia eran obligados otra vez a trabajar, después dormían en esta celda, y así todos los días hasta que muriesen. La mayoría moría a los 3-4 días, nadie sobrevivió.

Después del sótano subimos al patio, donde estaba el paredón, no os imagináis lo que se siente ahí de pie, pisando el mismo suelo que se ha visto en tantos documentales y películas, donde ha muerto tanta gente inocente. Pero por muy duro que parezca, después nos llevaron a un sitio peor.


Bajando una cuesta se entraba al edificio donde estaba la primera cámara de gas. No podía creérmelo cuando entramos dentro, dentro de esas 4 paredes habían muerto miles y miles de personas. En el techo hay varios agujeros, por donde introducían el gas venenoso Zyklon-B, en forma de polvo, al cerrar las escotillas reaccionaba con el calor que generaba tanta gente dentro y mataba a todo ser viviente.

Zyklon-B

Da igual como la hayas imaginado, o que hayas visto alguna en documentales, poner los pies dentro y más en esta, Auschwitz, te pone los pelos de punta. Las historias que contaba el guía tampoco eran muy agradables. Era tal el genocidio que se llevaban entre manos los nazis, que cuando abrían la cámara después de cada matanza, todos los cuerpos seguían de pié, no cabía ni un alfiler, y estaban todo el día funcionando. Sólo una vez encontraron a una chica joven que seguía viva, la mataron.


¿Por qué se sabe todo esto? Porque eran los propios judíos los que se encargaban de sacar los cuerpos y meterlos a los hornos del crematorio que hay justo al lado, los alemanes no se manchaban las manos.


Cuando terminamos de ver todo, subimos al autobús para seguir con el otro campo, el más grande de todos, Auschwitz-Birkenau. Es posible que la imagen os suene de alguna película, aquí es donde llegaban los trenes de toda Europa cuando empezaron a matar a todos los judíos en masa. También funcionaba como campo de trabajo, es el más grande de todo el nazismo.



El terreno que ocupa es inmenso, casi no se puede ver el final ni por la derecha ni por la izquierda. No quedan muchos barracones enteros, pero si puede verse una marca donde se encontraba cada uno. Son todos de madera, los inviernos aquí debían ser un calvario. En cada uno hay varias filas de literas de 3 camas. En cada barracón hay 400 camas, pero dormían casi 2000 personas en cada uno. Por cada 10 barracones había uno igual de grande lleno de agujeros para hacer sus necesidades, cerca de 600. Solo disponían de 10 minutos al día para entrar dentro alrededor de 20.000 personas, era una tarea imposible. Los alemanes no entraban nunca dentro, nunca se limpiaban pero era el único sitio donde podían hablar sobre la guerra, los rusos, y compartir noticias sobre conocidos y familiares.


El campo entero era atravesado por una única vía de tren, que llegaba hasta el final, donde estaban las 3 cámaras de gas más grandes que se construyeron. Cuando llegaban los vagones, abrían frente a un puesto de mando donde oficiales de las SS decidían sobre quienes irían a trabajar al campo o quienes bajarían directamente a las cámaras de gas.

Una de las supervivientes a Auschwitz recuerda el día en que llegó aquí, porque ese día se enfadó mucho con su madre. Tenía 11 años y nunca había usado zapatos de tacón, pero ese día su madre le obligó a ponérselos y no le gustó nada. Cuando pasó por el control de los nazis decidieron que era lo bastante alta para trabajar con los adultos. Como ya os dije en el capítulo de Sachsenhausen, todo el que medía menos de 120 centímetros era asesinado. Ella estaba muy enfadada pero ese día su madre le salvó la vida.

Desde la entrada de este campo hasta donde termina la vía del tren tardamos unos 20 minutos andando, a ambos lados hay varias cámaras de gas en ruinas. Los nazis las destruyeron antes de que llegaran los rusos.


Solo ves ruinas pero da igual, estás ahí, al final del camino, y resulta duro la verdad, cada paso que das estás pisando el peor lugar de la tierra. Yo personalmente a estas alturas de la visita no podía parar de pensar en ello, ahí donde mirabas veías horrores. De todos modos es un lugar de visita obligatoria, no podemos olvidar lo que pasó aquí, y por muy duro que resulte merece la pena pensar que también pudo haber otras historias felices como la de este video.

viernes, 3 de septiembre de 2010

DIA 13: Martes 3 de Agosto

Algunos se preguntarán: ¿Qué cojones hay en Krakovia? ¿Eso no está a tomar por culo? Pues sí, lo está. Pero decidimos venir aquí por 2 razones. Empecemos por la segunda.

A una hora de Krakovia está el mayor campo de exterminio de judios, Auschwitd, sin reconstrucciones, casi todo se conserva igual. Y realmente da mucha pena pasar por aquí pero hay que aprovechar la oportunidad de volver al pasado y pensar en estas cosas aunque a uno no le agraden.

La primera razón es muy distinta. Tanto Emilio como yo hemos oido bastantes rumores sobre Polonia a lo largo del camino. Tras contrastar diversas fuentes hemos decidido comprobar su veracidad viniendo aquí en persona.

Los rumores dicen que en Polonia se encuentran las mejores mujeres de toda Europa. Y no solo eso, cuentan además, que aquí las cosas funcionan de forma muy distinta a otros sitios.

Cuando los hombres salen de fiesta por la noche a beber no se dedican a babosear detrás de las tias, meterles fichas, agobiarlas, tocarles el culo, hacerles el baile del mono… No, aquí tienen costumbres muy distintas. Cuando los hombres salen, se reunen con los amigos, beben, rien, cantan, hacen el bobo, cuentan historias… pero a las tias no les hacen ni puto caso.

Así que entre una cosa y la otra, y según nuestros cálculos, las mujeres de Krakovia tienen que estar buenisimas y que se suben por las paredes, ansiosas de hombres exoticos como nosotros, y como además tampoco somos unos rompecorazones no tenemos que pasarlas putas para ligar.

Vamos allá, salimos de la estación y empezamos a andar recto, sin mapa ni pollas, solo sabemos el nombre de una calle. Primera polaca (joven), increíble, alucinante. Le preguntamos como llegar al hostal, nos mandó a casacristo, hicimos una L de la ostia, pero nos dio igual, si nos hubiera mandado al infierno habríamos ido también.

Quizás este no sea un buen ejemplo, pero voy a soltar un consejo. Cuando estéis perdidos en una ciudad, necesiteis ayuda, lo que sea, preguntad siempre a los pivones. Muchos de los abuelillos no hablan inglés, y los que saben hablan demasiado, te acaban liando. Un tio cualquiera puede ser una buena solución pero también puede engañarte. En cambio los pivones a veces se equivocan, pero siempre te ayudan. Puedes recrear tu vista y tu imaginación, huelen bien y también vas cogiendo práctica y confianza para hablar con futuros pivones.

La primera parte del rumor es cierta, aquí hay mujeres increíbles. Llegamos al hostal, la chica de recepción era supersimpática, nos enseñó todo (el hostal), desayunamos y nos fuimos a dar una ducha, entre el viaje con Dimitri, caminatas y todo dábamos puto asco. Emilio estaba hecho mierda y se fue a dormir. Yo no estaba tan cansado, ví que había cocina, y ya estaba harto de comer mierda, así que salí en busca de un supermercado. Era demasiado pronto, las 8 de la mañana y tenía que cambiar dinero, euros por “Zlotis”. Hasta las 10 no abría donde me recomendaron, así que fui a dar vueltas por un parque.


Empecé a rayarme, porque la peña me miraba fatal, como si fuese un marciano, vaya con los Polacos joder… a alguno le fui a preguntar por el supermercado y fatal, pasaban de mi culo. Me indigné con mas de uno, pero vaya. Cuando conseguí mis Zlotis fui derecho a la cafetería de enfrente, olía a café que te cagas. Me pillé un Frappuccino enorme, bastante barato, me supo a teta. Esto es tan barato como Praga o más.

Llegué a un supermercado al final, más malas caras por el camino. Al entar me volví loquisimo. Ya no era que estaba escrito todo en polaco, esque todos los envases, orden, marcas…pfff vaya me hice la picha un lio, cogías un paquete y no sabías si era arroz o lentejas. Además ninguno de los empleados hablaba inglés. En la carnicería, para pedirle unas pechugas le tuve que hacer el baile de la gallina. Le podría haber señalado, pero había unas 4 cosas que parecían pollo a saber que txorra era.

Cuando ya tove todo volví al hostal, me tomé una galimba en el bar y maté un poco el rato en los ordenadores, que eran gratis como en Praga. Sobre la 1 se despertó Emilio, estábmos muertos de hambre, así que le hice un par de preguntas básicas de cocina. Ni puta idea, así que fregas, y me puse al lio. Spaguettis con tomate, cebolla, pimiento verde y pollo a la pimienta. Extracoten. Hice para 4 pero no quedó nada, de postre naranjas.

Le comenté a Emilio lo de que me miraban fatal, y ostiaputa, al tio no le costó nada encontrar la causa. Pues tu camiseta More, me dice. Mecawensos, mi camiseta que me compré en Berlín. Que pone Berlin en Rojo gigante, y un soldado alemán corriendo con un pastor alemán. Como se me fue la olla, aquí se garcharon a mogollón de peña, normal ostia, parezco deficiente como no me doy cuenta…


Ahora sí que me eché la siesta. Cuando me desperté el cielo tenía muy mala pinta. Lo primero era reservar un tren con cama para Budapest, no volvía a pasar por ese infierno. Antes de llegar a la estación empezó a llover que flipas. Nos refugiamos en unos portales. Vimos 2 paraguas rompiéndose en directo, que coten.

Como no paraba nos metimos a un centro comercial gigante que había al lado. Entrabamos a todas las tiendas. Era todo muy barato, muy tentador... pasamos por una tienda de skate. bueno pues estaban de rebajas, al 50%. Eso aparte de que aquí ya vale todo la mitad. Había que aprovechar así que me pillé unos pantalones grises y una pantaloneta Volcom, no llegó a los 35 euros. Si no fuera por lo que me pesaba ya la mochila me habria llevado media tienda. Seguimos mirando tiendas pero total que mucha ostia pero aun no habíamos ido a la estación, parecemos chochis. Seguía lloviendo, vaya mierda, así no se puede ver la ciudad.


Menuda cagada al llegar a la estación, Emilio no tenía el billete de Eurrail y tuvimos que volver al hostal y otra vez a la estación, a poco me lo cargo, pero ya teníamos cama en el tren. Entre que no llovía ni nada y que estabamos hartos de andar nos fuimos para el hostal. Conocimos a 2 cuadrillas de españoles, unos de Bilbao y otros de Sevilla. Los de Sevilla habían pasao el día en Auschwitd, nos dijeron que había que comprar el billete del tour por adelantado, así que nos tocó volver a salir a comprarlo. Los vascos también se venian.

La cena también la hice yo otra vez. Ensalada de atún, también genial, estoy hecho un Arguiñano de la vida. Emilio es negado hasta para abrir una lata así que otra vez a fregar, pero goza como un mono con mis comidas.

Me doy cuenta que ya llevo un par de días con Emilio y aun no he escrito mucho de él, (ahora que ya estoy en España lo conozco como si fuera su madre, y él a mí también). Con los días me dí cuenta de que nos parecemos un montón a los chilenos, les encanta el futbol, la fiesta, hablar degeneraciones... conectamos bien la verdad, el tio es un cremas. Me ha venido genial juntarme con él, viajar solo mola que te cagas pero así tengo con quien hablar, comentar todo lo que vemos y me lo paso muy bien con él la verdad. Es el único amigo en miles de kilómetros a la redonda y si en cualquier momento toca separarse pues no hay fallo, solo es toda una aventura, es coten, aunque a veces te aburras y acabes hablando solo como los locos.

En fín, ha sido una suerte encontrar a este chaval, me lo he pasado genial con él y no se me han pegado acentos raros. En un día con los mexicanos ya empecé a soltar unos cuantos "no mames puto", "estoy hasta la madre".

Le echaré bastante de menos, pero puede que se pase por Logroño y por Segovia. 


Teníamos que levantarnos a las 7  así que estuvimos un rato en el bar y antes de dormir nos preparamos unos bocadillos para Auschwitd, pero no dió tiempo ni a ponerlos en albal, desaparecieron, vaya 2 sagaces nos hemos juntao, mañana ya nos buscaremos la vida.