Me desperté a las 11 de la mañana. Emilio parecía feliz durmiendo así que no le desperté. Fuí al bar del hostal a pegarme un buen desayuno, un tazón de cereales, dos tostadas con queso, café... era el único que estaba en el bar y de repente empecé a oir un jaleo de la ostia.
Irrumpieron en el bar cerca de 30 tios gigantes, todos supermachacados y llevaban todos la misma camiseta. Detrás ponía algo así como "reunión de hombres por el casamiento de Richard... y su apellido". Entraron a lo bestia, uno de ellos cogió en brazos a la chica de recepción que no sabía si reirse o llorar. Cuando me vieron sentado uno me empezó a vacilar y otros dos se reían. No entendí muy bien que me decían pero pasé de ellos. Eran un equipo de rugby inglés, despedida de soltero en Krakovia.
Daban miedo de verdad, eran unos jodidos animales. No paraban de cantar y darse ostias así de broma, empezaron a pedir cervezas, los que llevaban botellines se hacían la gracia de darse con el culo del botellin para sacarles la espuma a los demás, los que bebían en vaso se dedicaban a meter las bolas del billar en los vasos de los demás, o se las tiraban directamente al pecho. Cuando digo que eran 30 no bromeo, en 15 minutos que estuve desayunando y echando el piti la liaron pardísima. Otro volvió a tocarme los cojones, esta vez con gestos ya que vió que no le entendía bien. Mierda de gente...
Esto no podía acabar bien así que fuí a despertar a Emilio para recoger las mochilas ya y pirarnos. La habitación había que dejarla a las 11. Mientras este se despertaba fuí a darme una ducha, y mientras me estaba duchando uno de los subnormales estos entró al baño, no se que ostias dijo y apagó la luz. Le pegué unos cuantos gritos pero nada, me tocó ducharme a oscuras.
Cuando salí de las duchas y entré en la habitación Emilio no estaba, los que sí que estaban eran los putos ingleses, habían metido ya a 6 en el cuarto. Nada más entrar ya empezaron a insultarme, en momentos como este es en los que me gustaría estar a tope, soltar 4 ostias en plan bruce lee y sacarles las tripas, pero hay 30 tios 4X4 rondando por el hostal, y cualquiera de estos 6 me rebienta, así que me tocó hacerme el tonto, les dije que "I don't understand" a ver si me dejaban en paz, me dijeron con gestos que les comiera la polla y yo les respondí en español que me la comieran ellos a mí. Decidí no hacer caso, cuando llegué a mi mochila ví que le habían dado patadas a mis cosas, una zapatilla estaba encima de la cama, la otra debajo. Me puse a recogerlo todo, la cantimplora no estaba donde yo la había dejado y cuando me agaché a cogerla noté que estaba caliente. HIJOS DE PUTA!! Ya sabía lo que habían hecho pero no podía creermelo, la abrí y olí dentro. Se habían meado en mi cantimplora megacoten azul eléctrico que mantiene el agua fría que te cagas.
Exploté, me hervía la sangre, agarré la cantimplora y me planté cara a cara con el que más me había estado vacilando, pero no le llegaba ni a la barbilla. Le pegué 4 buenos gritos, le dije que como txorra podían ser tan personajes, que llevaban 5 minutos en la habitación y ya se habían meado en mi cantimplora. Era justamente lo que ellos querían, solo querían pegarme, se veía venir. Ya empezaron todos a decirme que cual era mi problema, que si estaba bien o vaya, que o agachaba la cabeza o me iban a partir la cara.
Les dije que eran todos unos hijos de puta, en español por si acaso, les miré con odio y me dí la vuelta, se empezaron a reir. Es increible, esta gente no tiene más que dos neuronas, una para beber y otra para pegarse. Salí fuera del hostal a la calle a fumarme un pitillo, me temblaban las manos, me moría de la rabia, joder, joder, joder... no puedo hacer nada, me van a matar. Pero si una cosa soy yo y no se si para bien o para mal es muy vengativo. Antes me muero que quedarme de brazos cruzados mientras se rien en mi cara. Ya me he llevado buenos palos por hacer mal las cosas, y he aprendido que si quieres vengarte a veces hay que cavar dos tumbas, así que tenía que darle bien al coco. Y mi cabeza empezó a maquinar planes de venganza. Tirarles el meado encima = me van a partir la cara. Chivarme a la chica del hostal = voy a ser el más pringao de toda Krakovia. Era dificil vengarse de estos tios, casi todo lo que pensaba acababa en tragedia, pero tras fumarme 2 cigarros seguidos con todos los nervios encima conseguí idear el golpe perfecto.
Cuando Emilio y yo llegamos al hostal hace dos días, en la recepción estaba una chica pero la de hoy por la mañana era otra distinta, y en este hostal tienen un caos de la ostia con las llaves, a nosotros nos dieron llaves equivocadas hasta que a la tercera acertaron, así que puedo aprovechar estos dos factores a mi favor.
Entré al hostal y me informé en el ordenador de las paradas que hacía nuestro tren nocturno y si había algún tren que saliera por la tarde hasta alguna de estas paradas para tener una vía de escape. Perfecto, un pueblo a 100 kilómetros de Krakovia, salida a las 8 de la tarde.
Le expliqué a Emilio lo que ibamos a hacer, pensaba que de primeras no iba a querer, pero no puso muchas pegas, me gustó su actitud. Hay cosas que aunque estén mal hay que hacerlas. Se lo merecen.
La idea era esta, ibamos a recoger las mochilas y después ibamos a devolver las llaves en recepción. Mientras uno dejase sus llaves el otro iba a hacerse el loco con la mochila, la chica de recepción está nerviosa por los nuevos huéspedes y es muy probable que no caiga en la cuenta de que nos dieron 2 juegos de llaves. Le diremos que nos vamos a Praga, aunque vayamos a Budapest, nos despediremos, le diremos que todo ha estado perfecto y que muchas gracias por todo. Después iremos a la estación a dejar las mochilas en una taquilla, si tenemos que salir corriendo del hostal es mejor no llevar peso. Nos iremos tranquilamente a ver la ciudad, hoy hace buen dia y hay que aprovecharlo aunque haya empezado un poco mal. Estos tíos solo han venido a Krakovia a emborracharse, así que lo más seguro es que estén todo el día fuera, intentaremos no cruzarnos con ellos. Volveremos al hostal por la tarde, hay cambio de turnos en recepción así que quien esté no sabrá nada de que nos ibamos. Entraremos tranquilamente en la habitación, el día que llegamos comprobamos que casi todas las taquillas de dentro están estropeadas, todas van con llave en vez de candado, y si tiras con fuerza se abren. Estamos a Jueves, lo más seguro es que estos tios vengan de Jueves a Domingo, así que han tenido que traer mucha pasta. Calculo que unas 500 libras por cabeza, hablamos de más de 600 euros y han tenido que dejar la mayor parte en la habitación. Si lo multiplicamos por 6 serían 3.600 euros, puede que demasiado, muy a malas conseguiremos la mitad. Emilio se quedará en la calle y yo entraré a dar el palo. Estaremos todo el rato hablando por el móvil, por si acaso vuelven. Un taxi nos estará esperando en la puerta. Cuando consiga todo, dinero, cámaras, móviles, pasaportes, lo que pille, bajaré. Subimos al taxi, cogemos las mochilas y nos vamos en tren al pueblo donde cogeremos el tren nocturno a Budapest. Si los ingleses descubren lo que hemos hecho van a salir a darnos caza y el primer sitio donde irán será a la estación así que tenemos que hacerlo todo perfecto, no podemos quedarnos hasta las 10 que es cuando habíamos reservado.
Al volver a la habitación flipé, definitivamente estos tíos son deficientes mentales, estaban los 6 meando las paredes, los 6. Las paredes de su propia habitación, donde van a dormir. Me dieron ganas hasta de reírme pero no les iba a dar ese gusto. En mi cabeza solo hay venganza. Recogimos todo, los muy cerdos me dijeron que me olvidaba la cantimplora, les miré y sonreí (os vais a cagar) y fuimos a recepción, todo salió perfecto, según lo planeado. Salimos del hostal con las llaves de la habitación. Fuimos a la estación a dejar las mochilas y empezamos a andar hacia el centro. Vamos a olvidarnos de los ingleses por un rato, aunque cada media hora nos cagábamos en sus muertos, en su país y en la boda del prometido. Ojala se case con una zorra que flipas.
No me gustó demasiado, a Emilio sí porque todo esto es muy distinto para él pero vaya, yo estoy acostumbrado a los castillos medievales de España y esos sí que son guapos. Los de aquí me parecen demasiado modernos. Había hasta un bar dentro en los jardines y le invité a Emilio a una birra. Se estaba genial al sol, ya era hora de que nos hiciera un día bueno. Seguimos con nuestros planes de venganza y hablando de nuestras vidas. Me contó muchas historias graciosas, pero de la que nunca me olvidaré es de "el hombre loco que disparaba a los perros". Vivía en su pueblo allí en Chile, y el hombre tenía una huerta muy grande, llena de tomates, lechugas, etc. bueno pues en su pueblo había muchos perros callejeros, y se metían siempre en la huerta a destrozarsela. El hombre se cansó de los perros y empezó a defender su huerta a tiros de escopeta. Siempre estaba maldiciendoles con la escopeta en la mano. Un día sus hijos fueron a visitarle, y con ellos iban unos amigos, un matrimonio que tenía 3 perros. Al llegar a su jardín el hombre salió como un loco, cagandose en la madre de los putos perros, mientras sus hijos le saludaban con la mano y acto seguido se echaban las manos a la cabeza viendo al hombre salir con la escopeta. El hombre empezó a disparar a los perros. Y todos gritaban que parase pero él ni caso. Los dueños solo gritaban: NOO, AL PEQUEÑO NO LO MATES!! El hombre preguntó cual era el pequeño, y pumba!! a la mierda perros, grandes o pequeños, todos son enemigos de la huerta. A poco me meo encima, así igual no es tan graciosa, pero podeis pedirme que os la represente en vivo cuando querais.
Terminamos la cerveza y seguimos dando vueltas por el castillo, llegamos a un mapa y vimos que había una cueva llamada la cueva del dragón, yo pensaba que igual era como una que ví de pequeño en disneylandia, que había un dragón de mentiras todo el rato echando humo y a ratos se mosqueaba así que le convencí a este para entrar y fuimos a buscarla, tuvimos que pagar, no recuerdo, una miseria y entramos. Tuvimos que bajar una escalera de caracol larguísima, muy estrecha, y entramos a la cueva. Era humeda, llena de estalactitas y luces artificiales pero ni rastro del dragón, seguimos andando y nada, vimos que llegabamos a la luz del día así que dimos la vuelta para mirar bien en los rincones, no fuera a ser un dragón pequeño, vaya tontos somos, salimos fuera al final y ahi estaba, un trozo de piedra vaya fusta. Nos han engañado. Pobres niños que entran a ver el dragón, compran camisetas del dragón, peluches del dragón y tienen que ver esta mierda...
Descubrí que echaba fuego, me vino un olorcillo a gas y me fijé bien en la boca que estaba negra, Emilio no me creía así que apostamos 10 pavos, y a los pocos minutos echó fuego. Bueno, algo es algo, la apuesta no se la cobré claro. Dimos un paseo de vuelta al centro por el río que estaba justo al salir de la cueva, y nos comimos un bocata. Eran cerca de las 3, aún nos quedaba tiempo.
Había visto a mucha gente joven con ropa de boxeo. Charlie, Everlast... que en España me cuestan algo caras así que pregunté a un chaval donde había alguna tienda y fuimos para allá a ver si había alguna camiseta guapa. Nos costó un huevo encontrarla, estaba en un callejón bien camuflada. Eran diseños bastantes horteras y para estar en Krakovia no era tan barato, así que a la mierda, nos fuimos. Decidimos ir al centro comercial a ver si encontrabamos algo mejor y ya de paso a comprar pan para llevarnos unos bocatas al tren. Encontramos en alguna tienda de deporte pero lo mismo, no me convenció así que nos fuimos.
Era el momento de volver al hostal. Igual hasta un poco tarde. Cuando llegamos no había ni un solo inglés en el hostal, reinaba la calma. Era el momento, le dije a Emilio de ponernos manos a la obra pero dijo que esperaramos, que nos hicieramos los bocatas así los tendríamos ya listos y nos ibamos con la cena preparada. Preparamos bocadillos de pechugas de pollo con lechuguita, tomate y todo, mientras tanto, me acerqué a la habitación para evitar sorpresas, puse la oreja y no oí un alma, así que abrí la puerta para comprobarlo, nadie, solo estaban sus cosas. Era el momento, teníamos la adrenalina a tope. Como nos estabamos haciendo la picha un lio entramos al bar a detallar todos los pasos. Tanto pensar que la cagamos, de repente entraron al bar 4 tios del equipo de rugby. Pidieron una ronda, no podía creermelo, no eran ni las 7, no estaba dispuesto a irme de rositas así que convencí a Emilio para que salieramos. Ibamos a hacerlo, aunque estuvieran en el bar, era muy peligroso, pero teníamos que hacerlo. Con 2 minutos tenía tiempo de hacerlo, tenía el corazón a mil pero me daba igual. Bajamos rapido a la calle para comprobar que no hubiese cerca ninguno más que nos diera una sorpresa. Joder, estaban llegando por todas partes, todo el puto equipo. Entramos otra vez, nos metimos en la cocina a esperar para ver qué hacían, si se reunían todos en el bar aún podríamos jugarnosla, aunque era muy muy peligroso, las probabilidades de quedarse invalido de por vida eran altas. Una vez entraron todos tuvimos que desechar la idea de vigilar el bar y hacerlo. No había manera de controlarlos, podríamos dejar a 1 k.o. si me sorprendía, y ganar algo de tiempo, los tios iban que se caían pero al final nos iban a dar caza, no podemos.
Seguían con ganas de bronca, así que nos fuimos del hostal, salimos a la calle, no sabíamos qué hacer, y una mierda me iba sin intentar algo, así que a esperar. Nuestro tren sale a las 10 y media, decidimos vigilar la puerta y entrar a saco una vez se fueran todos despues de recuperarse un poco y ducharse, pero ese momento no llegaba, seguían todos dentro, yo tenía localizada la ventana de nuestra habita y los cerdos seguían dentro. Maldiciones a tutiplen, al final se han reido de mí y no se la devuelvo. Soy el más pringado de toda Krakovia, no me voy a librar nunca de esta sensación, no puedo, no puedo, eran ya casi las 10 y todabía no habían salido. Traté de convencer a Emilio de que no fueramos al tren, que nos quedasemos un día más, esperaríamos lo que hiciese falta y entraríamos a cumplir la venganza pero no hubo manera. Hemos planeado el viaje hace 3 días, tenemos cama reservada y todo, no le parecía muy inteligente quedarnos. Maldita sea, me daban ganas de quedarme solo y juntarme con este mañana en Budapest, pero había que ser sensatos. Empezamos a andar hacia la estación con la cabeza agachada, la hemos cagado, tendríamos que haberlo hecho por la mañana, y pirarnos antes. Dejé las llaves de la habitación en el suelo, nada más cruzar la esquina, pone cual es el número, con un poco de suerte alguien conoce el hostal y da el golpe por nosotros.
Llegamos a la estación y vino el tren, este era mucho mejor que el que nos trajo desde Praga. El compartimente era igual que el del primer tren que cogí a París. Hacía un calor infernal, y no estabamos solos pero a la mierda, era excesivo, en 5 minutos dentro sudabamos como putas, así que nos quedamos en gallumbos, mucho mejor. Ayudamos a uno de nuestros compis a subir arriba al compartimento su maleta y en el intento a poco me parto un dedo, lo que sí que rompimos fué la luz, y nos quedamos a oscuras con la luz de emergencia, que hacía un pitido horrible. Menos mal que podía apagarse girando una cosa, y nos despedimos de ruidos y de luces, a dormir. A mitad de la noche me despierta Emilio, el tío estaba girando el interruptor de la luz como un loco, con cara de apurado, y el pitido no paraba, al final lo arreglamos y nos dormimos.
putos ingleseeeees!!!! emilio y tú tenías ke haber dado el golpe joder!!!
ResponderEliminarnurita..
lo sé tia lo sé... me sentí fatal x no poder hacerlo. a partir de ahora tenemos q hacer pagar a todos los ingleses q vengan a españa, has oido??? A TODOS!!! jajaja
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