viernes, 31 de diciembre de 2010

Eslovenia: Días 23, 24 y 25

VIERNES

Me desperté a las 5 de la mañana y me di una ducha, mi barco salía a las 6 dirección Rijeka. Me despedí de la isla y sobre las 8 ya estaba de nuevo en tierra. Mi tren hacia Ljubljana no salía hasta las 12. Fui andando hasta la estación de tren y busqué un buen sitio para la espera. Estaba desierto, al poco rato llegó un chaval que llevaba un longboard, se sentó en la otra punta y se puso a sacar un montón de mapas. Un viaje que salí a echarme un cigarro me siguió afuera y me pidió uno por señas pero le escuché que decía en voz baja: ¿piti?

Que soy español! le dije. La verdad que nos cantaba a la legua a los dos pero no habíamos caído. Joder, resulta que venía de Novalja también, y que había llegado a la isla en el mismo barco que yo.  Que mala pata porque nos caímos bastante bien. Os voy a contar un poco su locura. Era de Barcelona, tenía 20 años, pero llevaba unas barbas que al principio a mi me pareció mas mayor que yo y era así un poco perroflauta. Resulta que se estaba haciendo un interrail de 22 días él solo con su longboard y lo cojonudo era que solo había salido de casa con 200 euros y no tenía tarjetas de crédito ni nada, y le pregunté y tampoco tarjeta sanitaria europea ni nada de nada vaya, no quise rayarle la cabeza, pero este tío coge, se pega un ostión con su patinete y se abre la cabeza y ahí se queda desangrado, porque sin tarjeta de crédito, y sin sanidad europea, vas dado, o a lo mejor le sale la gracia al final por una millonada, llamar a la embajada y tol copón, madre mía, muy bohemio y lo que tu quieras, pero vaya, que hay que tener un poco mas de cabeza.

Pues nada, el tío salió de casa con 200 euros, para que veáis que hay interrailes para todos los gustos. Nunca dormía en camping ni hostal, siempre en parques o estaciones, no era muy amigo de las duchas y para comer lo que hacía era ir al supermercado, comprar una lata y robar 8. Le faltaba una semana y aquí estaba, seguía vivo pero no había echo bien sus cálculos, le quedaba una semana aún de viaje y solo le quedaban ya 20 euros, aunque la verdad, no parecía importarle. A mi me parecía todo de locos pero he de reconocer que me picó bastante el gusanillo, tiene que molar al fin y al cabo, ir tan de tirado.

En Novalja había estado durmiendo en la playa, cuando se iba por ahí escondía la mochila en unos arbustos. Imaginad por un momento que te roban, pues nada, en bañador hasta Zagreb, a la embajada española a decir que te han robado y que te presten dinero para volver a casa, en metálico claro, porque como vas sin tarjeta... y el tío también iba sin móvil. Es que me quedo loco, pero bueno, que por otro lado ole sus cojones, recuerdo que se apuntó la dirección de mi blog, "ole tus huevos tío, que sepas que en verdad te admiro y espero que acabase bien el viaje".

Estuvimos un rato hablando del viaje, el también llevaba un diario y había hecho un montón de fotos, ahora él iba a Venecia y a recorrer lo que le quedaba de viaje por Italia hasta no se que pueblo donde había un barco hasta Barcelona que si que entraba en el interrail.

Fui al baño, había que salir a los andenes y a mitad de camino, sorpresa, me encontré sentado en un banco a Boca, el chavalín de Italia que conocí el primer día en París. Me alegré un montón de verle, me acompañó a mear y vino adentro donde estábamos sentaos el catalán y yo. Les presenté y me estuvo contando sus aventuras, volvía ya para casa, ya habían pasado sus 22 días, como me alegro de haberme ido un mes entero.

Había echo casi todo el viaje solo, salvo 3 días que se juntó en Budapest con unos hippies en un tren que le invitaron a un montón de yerba. En Croacia solo se había quedado aquí en Rijeka y resulta que ayer triunfó el cabrón y se había llevado a una alemana a la cama, estaba todo contento. Mi amigo catalán no tenía ni zorra de inglés así que yo estaba que no paraba traduciendo a uno y a otro todo el rato.

A las 12 subimos al tren, menos mal que Boca tenía un montón de comida, porque estábamos los dos muertos de hambre, yo tenía cero money hasta que llegásemos a otro país y el pobre catalán solo iba a abrir la cartera en situación de vida o muerte, muy catalán. Así que nos pegamos un festival de galletas y pringles por gentileza del italiano que en unas horas estaría de nuevo en el calor de su hogar. Boca tenía un método para fumar en el tren que no me molaba un pelo. Lo que hicimos fue ir a donde se juntan dos vagones y ponernos a fumar ahí en medio del pasillo, vigilando por el cristal los dos vagones y si venía alguien a correr. Según me dijo así hacía siempre, joder, menuda fusta. Lo mas coten es entrar en el baño, si tiene ventana pues de puta madre y si no, todos los baños tienen unas rendijas por las que sale el aire, es un baño, tiene que tener ventilación, pues arrimas todo el rato ahí el cigarro y el humo lo echas en esa dirección, y tan tranquilamente, sentado y lo que quieras. Total que de los dos cigarros que nos fumamos con su método salimos por patas en los dos.

El catalán y Boca se bajaban en el mismo sitio, antes que yo, donde hacían trasbordo hacia Italia, pues perdieron el tren porque justo en una frontera el tren estuvo parado cerca de media hora y ellos tenían que hacer el cambio muy justos de tiempo, total que llegaron a su parada media hora tarde, nos despedimos y cuando ya estaban casi en la puerta del tren, coge el tren y empieza a andar, escuché un EY EY EYY y salí al pasillo, justo a tiempo para verles saltar y rodar por los suelos, que coten, les vi levantarse y darse un abrazo celebrándolo.

        Yo --------- Boca (Italiano) ------ Catalán "20 euros/una semana"

El resto del camino lo pasé escribiendo y mas o menos a las 5 de la tarde llegué a la capital de Eslovenia, Ljubljana, nunca sé si lo escribo bien, pero creo que es así. Una ciudad no muy grande, la verdad no tiene muchas cosas para ver, los precios siguen en la línea de esta zona, algo más caro, pero seguimos más o menos en un 30% mas barato que España. Lo que más gracia me hace de esta ciudad es su historia, resulta que esta ciudad se fundó cuando dieron caza aquí a un dragón, que es el símbolo del escudo de la ciudad. ¿Que mierdas es esto? Pero bueno, ellos sabrán. Un montón de estatuas de dragones, bueno al fin y al cabo no es un mal sitio para pasar un día o dos, la ciudad es bonita.

Lo primero que hice fue buscar un cajero y comerme unos tallarines de un chino que era lo más cerca que tenía, me das un perro y me lo como también. Luego volví sobre mis pasos porque no tenía ni idea de llegar al hostal, Emilio ya lo había reservado en internet para los dos, por lo que me dijo él llegaría sobre las 7 pero no creo que hubiese ningún problema. Entré en la oficina de turismo de la estación, me dieron un mapa y me señalaron donde estaba el hostal, pillaba lejillos, pero era superfácil llegar.

Era un hostal bastante tranquilo, cuando llegué no se veia ni un alma, solo la chica de recepción y un chaval que estaba sentado leyendo el periódico. Le expliqué que era amigo de Emilio y me acompañó a la habitación. Dejé todas mis cosas y bajé a la sala común. El chaval era amigo de la de recepción, me tomé con él un café que era gratis y salimos a echar un pitillo a la terraza, al poco rato llegó Emilio. Estaba más jodido que la ostia, había pillado algún virus por Eslovaquia. Se fue a arreglar la reserva y dejar sus cosas y vino con nosotros, como también vino la de recepción y empezó a hablar con su amigo nosotros nos piramos.

Nos estuvimos contando nuestras aventurillas y le dí un febrectal y un ibuprofeno a ver si se le pasaba, estaba bien jodido así que se echó a dormir. Aproveché y fui al supermercado para hacer una cena sana, me salen las pizzas por las orejas. Compré fruta y cosillas para hacer una ensalada de pollo y ya me dí una vueltilla por la zona. Sobre las 10 cenamos y entre que Emilio estaba echo mierda y que no paraba de llover nos quedamos en el hostal, haciendo el capullo en los ordenadores y me descubrió el siguiente vídeo:


SÁBADO

Sigue lloviendo y Emilio sigue echo una mierda, o peor aun, ahora aparte de fiebre y dolor de cabeza tiene también jodido el estómago. Como vengo bien cargado de medicinas se tomó un buen cóctel pero entre una cosa y la otra no hicimos nada en todo el día.  Como veiamos que no nos ibamos a mover estuvimos planeando algo coten para mañana y frikeando en internet encontramos un sitio muy guapo. Es un lago que está a una hora y media de aquí, el tren nos deja en un pueblo a 3 kilómetros y resulta que en medio del lago hay una isla donde hay una iglesia, podemos alquilar un barco de remos y llegar a la isla. Así que planeamos todo, teníamos que madrugar para pillar el tren, estar por allí unas tres horas, volver aquí y pillar otro tren por la tarde hasta Venecia.

Así matamos todo el día mirándolo todo, por la noche Emilio se encontraba mejor así que nos arreglamos un poquillo y salimos a dar una vuelta. En el mapa teníamos marcado lo más importante, unas chicas del hostal nos dijeron que el castillo no merecía la pena, había que subir un montón de escaleras y era una caca así que no fuimos. Nos quedamos por la plaza y por el canal, bastante chulo, al ser de noche estaba todo lleno de velas, y a los lados del canal había un montón de terrazas así que estuvimos tomándonos un helado tranquilamente y andando de aquí para allá. Nos quedamos un poco locos con un detalle y es que había tres puentes juntos, uno al lado del otro, no entiendo a estos eslovenos, por si no lo creéis más abajo os dejo la prueba. Y nada entre el mal tiempo y lo demás fue un día poco emocionante pero tampoco puede ser la fiesta todos los días.





DOMINGO

Nos despertamos ultrapronto, a las 7 de la mañana, preparamos las mochilas y las dejamos en la sala común a buen recaudo para cuando volviésemos del lago.




Salimos a las 8 de la estación y a las 9 y algo llegamos a Bled, el pueblo que está al lado del lago. En la estación preguntamos a un hombre como llegar y nos dijo que por la carretera andando podíamos llegar en media hora, teníamos un taxi al lado, así que por 6 euros a medias... llegamos en 5 minutos y le pillamos el teléfono para volver otra vez con él. El sitio era la polla, superbonito, dimos unas cuantas vueltas alrededor del lago y al final encontramos un sitio donde había unas barquitas amarradas. No había ni dios pero estabamos muy cerca de un hotel que estaba justo a los pies del lago así que entramos a preguntar y era propiedad del hotel pero hasta las 10 no llegaba el encargado.


En la terraza del hotel había gente desayunando, era un hotel de superlujo, nos acercamos un momento y se nos caían las babas, millón de donuts, yogures, gelatinas, patés, quesos, zumos, le preguntamos a una de las chicas que había sirviendo cuanto costaba desayunar si no eramos del hotel y nos dijo que 18 euros, ya nos asustamos y más aun cuando dijo que 18 euros cada uno. Le preguntamos por un café y nos dijo que esperásemos un momento, se dio la vuelta, miró un poco alrededor y nos dijo que nos acercaríamos así con cuidado hasta una mesita de la terraza, nos sentamos y nos dijo que podíamos coger lo que quisieramos, pero que no llamásemos la atención, buah, que coten de vida, nos pusimos hasta el culo. Zumos, yogur gigante, batido de frutas, sandwich de jamón y queso, tostadas con filadelfia, café...


Le dimos mil gracias a la chica y nos fuimos hacia los barquitos que ya había llegado el encargado. Nos costaba 10 euros por una hora, y si tardábamos 2 horas 5 euros más. La mayoría de la gente se montaba en unos barcos que cabían 20 personas y les llevaba un tío hasta la isla a toda pastilla, fuimos los únicos que fuimos por nuestra bola pero joder, fue lo mejor de todo. Cansaba la ostia remar, desde la orilla a la isla tardamos más de media hora cambiándonos por turnos y no era nada fácil llevarla recto, al final llegamos, hice un aparcamiento perfecto aunque en un principio creímos que nos íbamos a cargar el barco.



En la isla no había mucho que ver, bueno, la iglesia, pero es que era muy pequeña y había que pagar para entrar, así que nanai, preferimos las vistas que son gratis, echamos un par de fotillos, descansamos un poco y volvimos para nuestro barco. Emilio me retó a bañarme, el agua estaba helada y el clima no acompañaba pero en verdad me moría de ganas así que padentro.



Empecé a remar yo y casi tenemos un accidente con uno de los remeros grandes, se veía a lo lejos que nos ibamos a cruzar pero joder, yo iba antes así que me puse a remar a toda ostia pero que va, al final les hice parar, porque me quedé parado en medio de su camino dando vueltas como un anormal, y toda la gente mirando, fué la mofa.


Llegamos justo cuando empezaba a chispear, habíamos tardado casi dos horas pero como no estaba el encargado nos fuimos rápido antes de que nos dijera lo de los 5 pavos más. Llamamos al taxista y volvimos para el pueblo, de ahí a la capital otra vez a por las mochilas y muy justitos de tiempo llegamos a la estación a coger nuestro tren, rumbo a Venecia.


Gracias por vuestro tiempo y FELIZ AÑO NUEVO!

martes, 28 de diciembre de 2010

Novalja: Miércoles 11 y Jueves 12 de Agosto

"Lo primero de todo, antes de seguir con mis historias quiero disculparme con mis lectores, hace meses que tendría que haber finalizado esta etapa del blog, soy un puto vago lo sé... pero también he estado muy liado con los exámenes de fin de carrera. Me alegra enormemente comunicaros que ya estoy licenciado, por fin tengo vía libre para comenzar mi viaje por Oceanía y Asia y antes de marcharme acabaré de relataros mi mes de interrail y empezaré a contaros cual es mi idea de este próximo viaje, donde quiero ir, que quiero hacer y tal, en el apartado de Australia. Lo dicho, siento ser tan vago y os prometo ponerme las pilas a partir de ahora para que este blog no esté tan muerto. ¡Gracias por vuestro tiempo y feliz navidad!"

El primer día en el pueblo no me había dado para mucho, pero con todas las vueltas que dí, al menos me sirvió para no perderme, ya sabía donde estaba la plaza, el autobús de la playa, las pizzas baratas, la fiesta...

La abuelita de mi FEBO resultó ser un encanto, nada más despertarme me dijo por señas que me podía lavar toda la ropa sucia, así que le dí mil gracias y una bolsa enorme llena de ropa apestosa, me dijo que se la subiera a su casa, conocí a su marido que tampoco sabía hablar inglés, pero si sabía decir, España! Futbol! Me llamó la abuelita y me enseñó una perola enorme con un guiso y me indicó otra vez por señas que comiera con ellos en la terraza. Normalmente le habría dicho que no hacía falta, que gracias pero esto de viajar solo le quita a uno toda la vergüenza así que sonreí y le dije que sí.

Nos sentamos en la terracita, me pusieron otro plato y empezó a sacar un montón de comida, de primero una sopa de pescado y después unas judías con chorizo, todo acompañado de una botellita de vino. Poca conversación pero como parecían tan simpáticos me sentí muy a gusto, hice todos los gestos posibles para que supieran que estaba todo buenísimo, cuando terminamos hice el intento de ayudarla a recoger pero no me dejaron así que les dí mil gracias una vez más y volví a mi cuarto para ponerme el bañador.

Pasé por la plaza y decidí que ya era hora de pasarme a la moda, llevo ya unos veranos que soy el único que llevo chanclas de las de toda la vida, así que aunque no me fío mucho, decidí comprarme unas de estas que se enganchan en el dedo, todo guapas y en verdad son cómodas, aunque a ver si no se rompen.


Cogí el bus y llegué a la playa, esta playa es lo máximo, la música se escucha desde el agua, y es musicón. Aquí la gente no descansa, estaban todas las terrazas de las discotecas llenas, me metí un rato en una y había un concurso de pulsos entre tios y por otro lado entre tías, antes de echar el puso se tenían que beber un chupito y al que ganaba le invitaban a un cubata. La final era entre el tio y la tia ganadores, y el premio era una botella. El tio se dejó ganar, hay que ver, menudo ñoño, yo la habría reventado. Una botella es una botella.




Había muy buen ambiente en todas partes, pero no encontré ningun español, casi todos eran italianos. Y sí que hablé un poquillo con alguno pero bah, poca ostia, lo tipico, de pedo. Era todo rollo Ibiza, todos los tios petaos, depilados, mucho postureo pero vaya, es lo que hay...

Unos bañitos en la playa, un ratillo en la toalla y vuelta al pueblo. Fuí un rato a un cibercafé, vaya, un ciberpizza y estuve una horita frikeando a gusto, hablé un rato con Emilio, que estaba en Bratislava, y decidimos que igual había que volver a juntarse, miré un poquillo los mapas y decidimos juntarnos en Lubljana, la capital de Eslovenia, que nos pilla de paso para después ir a Venecia. Aquí decidí que me olvidaba de ir a Dubrovnik y de Grecia. Tiene que ser precioso, pero quiero volver sobre mis pasos, no me he ido de interrail para estar tumbado en la playa, quiero ver ciudades llenas de historia, hostales llenos de degenere y conocer gente de todas partes. Aquí la gente viene en cuadrilla a pegarse la fiesta y es más dificil hacer migas con nadie, aparte de que los italianos son un poco flipadillos, y para mi que lo del inglés lo llevan tan mal como en España.

Bueno pues decidido, me queda esta noche, una mas y de madrugada pillo el ferry que sale a las 6 hasta la costa, solo hay ese, si lo llego a saber cojo una noche menos la habita pero ya que encima me ha invitado a comer, me lava la ropa y todo, ni de coña.

Había quedado con mis vecinas para cenar así que volví a mi cuarto para ponerme guapo y a las 8 pasé a buscarlas. Estaban ya listas! que bien, ya podrían ser tan puntuales algunas que yo me sé. Les dije que me llevasen a algún sitio que les gustase y fuimos a un callejón que estaba al lado de la plaza. Nos sentamos en la terraza del bar y pedimos una ensalada de pasta y un mix de pescado frito. Les conté lo que había hecho todo el día, que no era mucho y empezamos a hablar de nuestras vidas, bueno, sobre todo con una, la que sabe hablar muy bien inglés. Aunque la otra también participaba bastante, era muy graciosa, le daba golpes a su amiga en el hombro y cuando ya le traducía asentía sonriendo. Me estuvieron contando lo mal que está su país, mucho se habla de la crisis de España pero estos van de culo, y lo que me contaba la Húngara que conocí hace unas semanas en el tren era lo mismo, están bastante más jodidos que nosotros.

Nos echamos un cubatilla después de cenar y ya  se fueron para casa porque una trabajaba al día siguiente. Al final no me dejaron invitarlas, preferían que lo gastase en mi viaje así que lo terminamos pagando entre los 3, aunque no nos gastamos ni 30 euros con los cubatas y todo.

Las acompañé y me despedí de ellas, volví a mi cuarto, pero no tenía ni pizca de sueño no eran ni las 11 así que a la mierda, volví a la playa yo solo. Allí seguía el enano de los Poppers y no pude evitar preguntarle si no le parecía peligroso hacer lo que hacía, porque todo el que entraba por el paseo le escuchaba gritando: Poppers!!!! Poppers!!! Me dijo que no era peligroso, que solo era popper. Le dije que era un crazy de la vida y fuí a echarme un wiskazo. Ayer mentí, no me tomé uno, sino dos. Y es que el primero lo pedí con cocacola y no me echaron naaaa de whisky. Vi que la gente lo pedía a palo seco y los llenaban bien y aun encima más baratos así que ala, Jack Daniels a palo seco, que te deja calentito. Me quedé un rato en esa terraza, había un notas que iba superciego y se me acercó un par de veces a decirme algo que no entendí de unas tías que andaban por ahí. Estuvimos un rato de cachondeo pero al final lo dejé ahí con su ciego, quería encontrar algún español, o alguien que quisiera hablar sin ir superciego.

Me dí una vuelta por el parking y acerté, había un grupito con banderas de España pegando gritos y estaban con unas chavalas guiris. Me acerqué a saludarles, madre mia, estos si que iban ciegos. Eran gallegos, habían alquilado dos coches y se habían venido de fiesta por toda Croacia 15 dias. Fliparon un poco conmigo porque les dije que estaba solo, y enseguida me invitaron a quedarme. Me invitaron a un par de cubatas y fuimos a una discoteca, había que pagar, había unos famosos "swedish house mafia" o algo así, muy light para mi gusto pero vaya, es que era la mejor discoteca con diferencia, había un montón de piscinas, toboganes, y un montón de tias, que pagaban la mitad. No aguanté mucho la verdad, los tios iban muy ciegos y ya con la música y todo pues me empecé a aburrir un poco con ellos, y para no tener que explicarme cogí en un despiste y me fuí jaja, y que txorra más da.

Tengo que aprovechar esta cama y esta intimidad así que a dormir en bolas otra vez, me encanta.

Este siguiente día decidí sobrevivir con menos de 10 euros. El billete de ferry cuesta unos 6 así que me quedan 4... Joder, y yo quería invitar a las vecinas ayer.

Lo que pasa es que si saco perras del cajero, me cobran 10 de comisión, que tampoco necesito nada especial, tengo tabaco que compré en Budapest, lo único que eché de menos fue mi cantimplora, que ya sabéis todos lo que le pasó... Y total, si me sobra dinero me van a cobrar cuando lo cambie en el próximo país, aparte de que las monedas no las cambian, así que es lo que toca.


Fui a la playa andando, algo mas de media horita, me pegué unos bañitos y a la toalla, así hasta que me moría del hambre. Me acerqué a los chiringuitos pero no veía los precios de nada así que por si acaso seguí buscando, madre mía, mas pizzas, rondando un euro, así que me pillé dos trozos. Me senté en una mesa, me los comí despacio y me puse a escribir un ratillo a la sombra, un par de baños más y vuelta al pueblo andando.

Mamella
Cuando llegué a mi casa me llamó la abuelita al entrar, ya tenía lista mi ropa, así que subí, le ayudé a descolgarla y volví a mi cuarto, me preparé la mochila para el día siguiente y me dí una duchita.


Salí para darme mi ultima vuelta y cenar y andando por el paseo del puerto me acordé de una cosa, me faltaba un imán de Croacia para la chica que colecciona imanes, mierda, y solo tenía 15 kunas para cenar (unos 2 euros).

En un puesto ví uno genial, le pregunté al chico cuanto valía y me dijo que 15 kunas, madre... estuve un rato pensando en robarlo porque tenían mucho jaleo pero al final decidí hablar con él. Le dije que solo tenía 15 kunas pero tenía que cenar también, y que el trozo de pizza costaba 7 kunas, total, que le caí bien y me dió el imán por 8 kunas, le dí las gracias, me dijo que buen provecho y me fui todo contento a por mi trozo de pizza. 

Volví pronto para la habita, mi barco sale a las 6 y tengo que descansar, que mañana es día duro, tengo que hacer muchas horas de tren, así que para las 10 estaba metido en la cama. 

En fin, para que liarme la manta con barcos, penurias para dormir, no se como hacer para volver de tan lejos antes de que me caduque el interrail... Ya prepararé bien otro viaje por Grecia, no puede ser todo.


domingo, 5 de diciembre de 2010

DIA 20: Martes 10 de Agosto

Me desperté muy temprano, a las 8 de la mañana. Sin pensarlo mucho me puse el bañador y me fui a la playa, no me habían dicho hora para irme del hostal, pero supongo que no molestaba a nadie. Después de unos bañitos volví al hostal a por algo de pasta y fui a buscar un ciber para mirar a donde podía ir, y sobre todo, donde podía dormir porque lo de ayer fue un calvario.

No encontré mucha información sobre las islas en castellano, y no demasiada en inglés. Encontré hostales en Dubrovnik pero llenos, y alguno con sitio pero la ostia de caro, a unos 40 pavos la noche, buf, imposible... Apunté un par de teléfonos pero con pocas esperanzas, volví al hostal cogí todos mis trastos y volví hacia el centro andando. Una chica me dijo donde comprar los billetes de bus para volver a Rijeka, de donde salen todos los ferrys, pillé el billete, y aun tenía 3 horas para pensarme que hacer con mi vida.

Me senté en una terracita, pedí un café y me puse a llamar a todos los sitios, no había manera, todo lleno, y en la que más esperanzas tenía, me coge una imbécil, me dice que sabe un poco de inglés, pero no tenía ni idea, y coge la zorra y me cuelga, empecé a agobiarme un copón. Llamé a todos los teléfonos y nada, llamé a oficinas de turismo para que me dieran mas teléfonos y nada... me comía los pitillos, me estaba poniendo de los nervios, no sabía que hacer. Ante tanto estrés, al final lo pensé fríamente. A ver more, estás en Croacia, tu solo, no te agobies, estás de puta madre, ve a donde quieras, haz lo que quieras, si tienes que dormir en la playa, duermes en la playa y a la mierda. Llamé a la camarera y le pregunté cual era la isla más fiestera de todo Croacia, para que le quedase claro le hice un CHUM CHUM CHUM CHUM, con la boca y levantando el puño. Ahh Techno, me dijo. Sí si, techno techno, Novalja se llama el pueblo, y está en la isla de Pag. Según me dice es como la Ibiza de Croacia.

Pues estupendo oye, se me pasaron todos los males. Saqué el folleto que me dieron ayer de los ferrys y vi que hoy salía uno de Rijeka a las 7 de la tarde, así que de momento todo cuadraba bien. Me quedé un rato más sentado ya mucho más tranquilo y subí la cuesta hasta los autobuses cuando llegaba la hora.

En Rijeka fui al puerto y pillé el billete, un buen rato de espera y ya estaba navegando, tardamos como 2 horas y media en llegar.

La primera impresión fue bastante buena, no tenía nada que ver con la isla de Krk, el ambiente era bastante juvenil. La mayoría de los turistas, por no decir casi el 100% eran italianos. Croacia es muy famosa entre los italianos para las vacaciones, hay buenos precios y les pilla justo al lado, hay un montón de barcos desde Venecia, Bari...

Era casi ya de noche así que me puse al lio y empecé a preguntar por todas las FEBO si había sitio. Pregunté por el centro, me alejé un poco, subí cuestas, callejones... no había manera, estaba todo a reventar.

Volví hacia el centro, ya no sabía que hacer, pero seguí insistiendo y por culpa de un descuido mi suerte dio un giro de 180º. Fui a preguntar a una FEBO cuya abuelita para variar, me dijo que estaba lleno, me metí por un callejón al lado y resultó ser un callejón sin salida. Cuando me estaba dando la vuelta, salió una chica de su casa y me saludó, me preguntó que quería así que me disculpé y le dije que me había metido ahí por error, que estaba buscando donde dormir. Hablaba muy bien inglés, despacito y claro, le vi bastante preocupada porque iba a ser difícil que encontrase cama en ningún sitio. Me quité la mochila y estuvimos un rato hablando, había estado en España, era una chica bastante alegre y al poco rato se ofreció a ayudarme. Me dijo que si me acompañaba ella podría traducirme bien y sería mucho más fácil encontrar algo. Volvió a entrar a su casa y salió acompañada de otra amiga. Esta no sabía mucho inglés, pero era igual de simpática, andaba todo el rato con los brazos cruzados y sonriendo. Barcelona, Barcelona, y asentía sonriendo.

Empezamos a preguntar, descartando algunos sitios donde ya había ido yo. No solo íbamos a las FEBOS sino a casi todas las casas, casas con jardín para que os hagáis a una idea, no íbamos aporreando puertas, estuvimos muchísimo rato, aparte de que estas chicas conocían a un montón de gente y cada 5 minutos teníamos que pararnos para saludar a alguien. Al principio no tuvimos mucha suerte, dimos tantas vueltas que yo ya me estaba sintiendo un poco mal por ellas, seguro que tenían algo mejor que hacer, pero no quisieron irse.

De vez en cuando alguien nos decía que preguntásemos a alguien que vivía cerca pero nada, a una de las chicas se le ocurrió llamar a un amigo suyo, que alquilaba habitaciones en su casa y nos dijo que fuéramos para allá. El problema era que no tenía habitaciones libres, cuando llegamos nos dijo que lo que podía hacer era dejarme dormir en la terraza y sacarme un colchón, buf, vaya fusta... ya casi estaba a punto de decirle que si, realmente no quería pero iba a hacerlo mas que nada para no seguir abusando del tiempo de las chicas, aunque por lo que parecía hasta ahora, no se estaban aburriendo nada. Justo de repente, el tío se arrepintió y dijo que mejor no, que lo sentía pero que era un poco arriesgado. Resulta que su madre vive con él y está loca, y una vez ya metió a unos chicos en la terraza y por la noche su madre les echó y se montó un buen pollo.

Así que nada, y ya eran las 12 de la noche, con la mochila a los hombros, estaba ya muerto. Volviendo hacia el centro empezaron a hablar entre ellas y después me tradujeron en inglés que habían tenido una idea, y que a lo mejor si que tenía sitio. Llamó por el móvil y antes de colgar la que no hablaba inglés me empezó a levantar el pulgar mientras afirmaba con la cabeza, coooten.

Justo al lado de su casa, en la misma calle, vive una abuelita con su marido en una casa gigante, y en el piso de abajo tienen habitaciones que alquilan. Pues llegamos y todo perfecto, además como iba con estas chicas el precio fue genial, unos 15 euros por noche, en una habitación para mi solo, con cuarto de baño, ducha, cama de matrimonio, terracita... Buah genial, no se podía pedir más, solo pensaba quedarme dos noches pero estaba tan contento que le dije que me quedaba 3. Iba a dormir genial en esa cama.

Acompañé otra vez a la calle a las chicas y les dí un millón de gracias, les dije que las invitaba a cenar pero ya habían cenado y aparte decían que no hacía falta, al final las convencí para cenar al día siguiente y quedé en pasarme por su casa a las 8.

Volví a mi cuarto y me quedé unos minutos tumbado en la cama con los brazos abiertos, buff que paliza es ya casi la 1 de la mañana, pero al final me salen las cosas bien. Me dí la madre de las duchas, me puse ropa limpia y salí a la calle. Empecé a investigar el pueblo y encontré lo que buscaba, trozos gigantes de pizza a 10 kunas, poquito más de un euro.

Me puse las botas y seguí por un paseo que hay al lado del puerto, cuando llegué al final del paseo, vi cerca de 100 chavales haciendo cola para subirse a un autobús urbano, un tío les iba poniendo como sardinas desde atrás hasta llenarlo a los topes.

Que cojones, yo también voy, si va tanta gente tiene que ser bueno. Le pregunté a un chaval y me dijo que iba a la playa. Supongo que habrá fiesta, bueno, así me doy una vuelta y voy viendo donde está el cotarro.

Resulta que la playa está a las afueras, y en la misma playa hay unas 6 discotecas bastante grandes, con piscinas, toboganes... todas en plan terraza pero en algunas hay que pagar para entrar. También hay puestos de comida, hippies haciendo malabares, una torre donde la gente hace puenting justo encima de una discoteca y un enano situado en un punto estratégico a la entrada de la playa que está todo el rato gritando Popper!!! vendo Popper!!! siempre rodeado de gente, menudo notas.

Me dí una vueltilla, me tomé un wiskazo y volví para donde se cogían los buses, nada emocionante.

Tenía un montón de ganas de coger esa cama gigante y para celebrarlo decidí dormir en bolas ahí todo espatarrao intentando abarcar todo el sitio posible. Que coten de vida!

domingo, 28 de noviembre de 2010

DIA 19: Lunes 9 de Agosto

Me desperté cuando llegabamos a Rijeka a las 7 de la mañana, estaba que me quería morir pero me tenía que echar otra vez la mochila al hombro. Salí de la estación y me puse a andar hacia donde yo creía que tenía que estar el mar, y acerté, pero me tiré casi media hora andando, poco a poco llegué al puerto, como la chica del primer tren me había dicho que Rijeka es un poco aburrido pasaba de quedarme aquí, ya que me he puesto, habrá que ir hasta donde esté lo bueno y ya casi estoy seguro de que me voy en barco a alguna isla.

Cogí todo el camino del puerto hasta una especie de central donde se debían comprar los billetes para los ferrys, puta mierda, justo en la otra punta y hasta las 10 no abren. Pasaba de quedarme esperando así que volví otra vez a buscar un sitio para desayunar. Me senté en una terraza y me tomé un cafecito, no tenían nada de comer... Eché mis cuentas Kunas-Euros y no llegaba a un euro así que bien, vamos por el buen camino.

Como estaba ahí sentado dándole vueltas y vueltas a donde podía ir pero seguía sin ver nada claro me puse a buscar una oficina de turismo, me encontré un poste de estos que vienen con mapa de la ciudad y algunos sitios marcados y conseguí llegar. También estaba cerrado pero justo enfrente me encontré un kiosko abierto, me puse a mirar dentro y encontré un mapa de carreteras de estos desplegables de toda Croacia. No era precisamente lo que estaba buscando pero bueno, al menos podía ver que coño hay en Croacia, porque he llegado un poco de freestyle.

Volví cerca del puerto y me senté en el suelo para desplegar todo el mapa, tampoco me solucionó mucho la verdad, ví que la isla de Krk que me dijo la chica estaba muy cerca, que había unas cuantas más por esta zona y que Dubrovnik estaba realmente muy lejos, en la otra punta de Croacia. Más o menos lo planteé así, hoy iba a Baska, en Krk, y mañana iría a otra isla, estaría un día o dos, y para Dubrovnik, cuando esté allí ya veremos, hay que relajarse en la playita que llevo casi 20 días sin parar de andar todo el puto día.

Por fín abrieron la oficina de los ferrys y una chica me dio un diptico donde ponía todas las rutas y horarios de la empresa de ferrys que pasaba por Rijeka. A la isla de Krk me dijo que podía ir en autobús, se pasaba por un puente. Aproveché la oportunidad de asearme y entré al baño de la estación, saqué la toalla y el neceser y me lavé los dientes, la cara, los sobaquillos, me cambié de ropa...deluxe. Pasaba de volverme más loco así que me fuí a la estación de buses y pillé el primero que iba a Baska.

Un huequito de mar
Por fín llegamos, parecía que estaba cerca pero tardamos más de dos horas. El autobús nos dejó en un descampao y seguí a todo el mundo que bajaba por una cuesta. Empecé a ver que en un montón de casas ponía el cartel de FEBO que me dijo la chica del tren, pero bajé hasta la playa a ver que tal pintaba el sitio. Bueno, muy bonito, desde la playa se ven un montón de islas rodeándolo todo, el agua es cristalina, pero joder, es una playa de piedras... me apestan las playas de piedras. Me quite la mochila, un trozo de pizza grande por algo más de 1 euro y pitillazo.

Bueno, ahora hay que buscar donde dormir. Volví a ponerme el mochilón y me puse a llamar a todas las casas que ponía FEBO timbre por timbre. Fué una desesperación, estaba todo lleno, algunos me preguntaban cuantos eramos, les decía que solo uno, y ya no querían. Otras me decían que sí, luego me preguntaban que cuantas noches, les decía que solo una y... Buah, menuda fusta, me estaban entrando ya todos los males del calor, de la mochila y de pensar que iba a dormir en la puta calle. La chica tenía razón, son las abuelitas las que llevan todo el cotarro, y voy a terminar odiándolas a todas.

No hubo manera, llevaba mas de dos horas y no encontraba nada así que fuí andando hacia un camping que me dijeron, aunque no llevo tienda de campaña, ¿las alquilaran? por ir y preguntar tampoco pasaba nada así que fuí hasta allá, y justo en las puertas del camping, había al lado un hostal, o algo parecido, en el jardín había unos 30 niños jugando. Pasé el jardín y entré en una especie de comedor, pregunté a las cocineras por una habitación. No tenían ni papa de inglés, pero me dijeron que esperase y llamaron a la encargada.

Lo primero que me dijo era que una excursión había alquilado el sitio, pero como le dije que solo me quedaba una noche al final me enseñó una habitación, no estaba muy segura de si me iba a gustar pero joder, era la polla, una litera para mí solo y un aseo, genial, llevo 20 dias compartiendo cuarto con 6-13 personas. 15 euros y trato hecho. Me dijo que no podía entrar a las duchas porque estaban los niños, y me ofreció ducharme con una manguera en el jardín. Casi que me voy a la playa... Dejé la mochila, me puse el bañador y  me fuí a la playa a darme un bañito. No se cuanto tiempo estuve, pero dormí como un tronco. Me desperté y faltaba poco para que se hiciera de noche. Estaba muerto de hambre y no había traido mas que las llaves así que volví al hostal.



No me hacía mucha gracia pero me sentía un poco asquerosillo y pasaba de ponerme ropa sucia ni limpia así, total que pillé el jabón y me salí al jardín a echarme un manguerazo. Me vestí y volví al pueblo, bueno, ha sido un día tranquilo y tal, pero esto no es lo que buscaba la verdad, solamente hay italianos, parejitas de la mano y personas mayores, no se ven sitios de fiesta, mochileros ni gente joven... Me dí una vuelta por el paseo de la playa inspeccionando todos los restaurantes y al final me decidí por uno baratillo pero que ponían platos bastante hermosos.

Tallarines a la marinera y Cordon Bleu, buaaaaa megacoten y por 10 eurillos. Terminé y me puse a callejear un poco pero vaya, no había mucho que ver, es un pueblo enano y ya me estaba aburriendo así que volví al hostal.

No estaba muy seguro de nada, me he empeñado en venirme por relajarme y estar en la playa unos dias, pero estas playas de piedras... y no se si realmente quiero relajarme... Decidí pensar el siguiente paso más tranquilamente mañana.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

DIA 18: Domingo 8 de Agosto

Me desperté sobre las 10 de la mañana y me dí una duchita. Los franceses ya estaban todos despiertos pero cuando salí de la ducha se habían ido. Fuí a despertar a Emilio, tenemos que preparar el viaje a Croacia, fuí a los ordenadores del hostal mientras se duchaba a ir mirando los trenes y todo. Cuando llegó nos pusimos a mirarlo y como tenía que pagar todos los trenes al final decidió que era mejor no ir a Croacia. Entre el dinero de los trenes, que ha quedado en Milán con su amigo, y que él va para arriba y yo voy para abajo... aquí decidimos separarnos.

Fué una gran pena, me lo he pasado muy bien con él, aunque cierto es que al estar juntos no hemos puesto mucho empeño en conocer a más gente. Puede que por esto decidiese que tampoco era una mala idea. Había que decidirse ya, porque hoy nos íbamos del hostal, así que decidí bajar solo a Croacia. Es un viaje largo, a las 3 de la tarde sale mi tren Budapest-Zagreb, allí tengo que esperar 2 horas y media y coger un tren hasta Rijeka, en la costa, llegaré a las 7 de la mañana. No sé muy bien que es lo que quiero hacer a partir de aquí. Quiero llegar hasta Dubrovnik, la perla del Adriático, y por tierra no hay trenes, hay que pasar por Bosnia y Montenegro, y a parte de que no vale el Interrail creo que igual es un poco peligroso, así que puede que vaya por mar y visite alguna isla interesante.

Esto era lo que pensaba en ese momento, lo que pasara después... es otra historia. Emilio dice que se va a Bratislava, y que después irá a Viena. Bueno, pues apuntamos todo y nos pusimos en marcha. Mi tren sale a las 3 y el suyo a las 4. Recogimos las mochilas, devolvimos las llaves del hostal y nos despedimos de los dueños y de algún medio conocido que andaba por ahí cerca. Decidimos ir a comer bien para despedirnos y ¿a donde fuimos? pues estaba claro, al kebab! Nos quedan los florines justos para un menú coten.

Cuando entramos nos entraron remordimientos, vamos a explotar de kebabs así que vamos a probar algo nuevo, además una comida de despedida tiene que ser con dos platos, como los señores. Emilio pidió un plato de arroz y un filete de pescado. Yo otro plato de arroz y un plato de carne con salsa que tenía muy buena pinta. Menuda fusta de carne!! Podrían haberme avisado, todavía no estoy seguro de si se trataba de riñones, hígados o testículos, no me moló nada, pero tenía mucha hambre así que al final me lo terminé.

Le dejamos todas las monedas que nos quedaban en la cartera de propina a la camarera, yo me quedé una de dos florines, q son extracoten, se parecen y suenan como el dólar de plata de las pelis. La movida es que no se pueden cambiar las monedas en otros países, así que es peso muerto. Os aconsejo separarlas rápido, si no iréis a pagar algo, abriréis la cartera y os volveréis locos, esta... de la República Checa, esta otra... de Polonia...

Eran las 2 y media, así que nos pusimos en marcha y fuimos andando a la estación que no quedaba muy lejos.  Nos pusimos cerquita de mi tren y me quedé hasta casi las 3 en punto con él echando un cigarro, nos echamos una foto, nos dimos un abrazo y nos despedimos.


Me dio penilla, pero aquí estamos, otra vez a la aventura, me encanta, y como no, desde el principio ya liándola. Subo al tren y pregunto por si acaso a uno de los revisores si este tren va a Zagreb, me mira con cara extraña y dice que no con la cabeza. Buah!! a correr, que son ya las 3. Paso al lado de Emilio como las balas y le grito que me he equivocado de tren, le oigo reírse y me grita: Que grande, Moreno!! Miro rápido la pantalla, menos mal, es el de al lado, así que por fin llego, pero por los pelos.

Entro a un vagón que solo hay sentada una señora, le saludo en inglés pero no tiene ni idea, es italiana. Al rato entra otra chica algo más mayor que yo, esta resulta que es de Croacia, así que le pregunto de donde y le digo que igual voy a alguna isla, que me diga las más bonitas. Lo primero me avisa que va a estar todo lleno y me explica como funciona lo del alojamiento en la costa e islas de Croacia. Resulta que no hay albergues como en el resto de Europa, aquí o te vas al hotel, que suelen ser muy caros o tienes que ir a una FEBO. Las FEBO son casas privadas pero que alquilan habitaciones en verano, normalmente gestionadas por abuelitas, que son las que llevan todo el cotarro en Croacia. Me dice que lo voy a tener complicado para encontrar sitio, porque suelen ser para dos personas y si voy solo voy a tener que pagar el precio de dos. Joder, pues bien empezamos. Me dice como van los precios mas o menos para que no me engañen, y me dice que si no encuentro nada, también hay muchas más casas donde alquilan habitaciones, una especie de red mafiosa de abuelitas que ofrecen sus casas a mejor precio que las FEBO oficiales.

Me recomienda ir a la isla de Krk al lado de Rijeka, a Split, y que no me pierda Dubrovnik porque es una maravilla. Al rato se duerme, me paso unas cuantas horas escuchando música y escribiendo y me doy cuenta de una gran cagada, empiezo a tener hambre y no tengo un puto duro, le hemos dado todas las monedas a la chica del kebab, la de dos florines no la gasto. Y por si fuese poco la cantimplora está vacía y el agua del baño no es potable, joder, hasta la 1 de la mañana no llegamos a Zagreb, una gran cagada sí. Necesito un cajero nada más llegar a Zagreb.

Al rato sube en una estación otra chica italiana, más pequeña que yo, lleva un perrito en una caja y nos pregunta si lo puede sacar, que le da mucha pena, así que lo saca. Es un cachorrito, no para quieto, y la chica parece que no quiere que lo toque porque cada vez que se me acerca le riñe. Ya haciéndose de noche llegamos a la frontera con Croacia y nos tienen media hora parados. No paraban de pasar policías por los pasillos, a nuestro vagón entraron cerca de 10. Entraba uno, nos pedía los pasaportes y seguía, al rato entraba otro y lo mismo, cerca de 10 veces ya os lo digo. El último de todos me pidió que le enseñara también una tarjeta de crédito, y me hizo un interrogatorio. Al principio flipó porque le dije que no sabía a donde iba a ir ni sabía donde iba a dormir. Parecía que se enfadaba pero joder, así es. Al final se fue sin decirme nada más.

El perrito de la italiana

El resto del camino a Zagreb lo pasé durmiendo para llevar mejor lo del hambre. Me despertó la croata y me deseó buena suerte. Parece que no era el único con hambre porque formamos una buena cola en el cajero y luego en el kiosko que había en la estación. Me tuve que comer una chocolatina y una bolsa de patatas, no había mucho más. La moneda de aquí se llama Kuna.

Me había quedado sin batería en el móvil, así que me puse a la búsqueda de un enchufe que mis padres se vuelven locos enseguida como me llamen y lo tenga apagado. No encontraba por ninguna parte, al final ví como un móvil encendido encima de una papelera, me acerqué y sí, estaba puesto en un enchufe. Me puse a mirar si había alguno más y vinieron dos chavales a decirme que el móvil era suyo, se los veía todo rayados,  pensaban que quería robarlo. Me piré y al rato volví y ya lo habían quitado así que lo puse y me senté al lado. La espera fue una mierda, me estaba quedando dormido...

Ya por fín a las 3 llegó el tren que me llevaba a la costa. Era importante encontrar un vagón semivacío a ver si podía tumbarme porque estaba que me quería morir. Encontré uno que solo había dos hombres mayores, y estaban sentados juntos, genial. Dejé la mochila arriba, esperé un poquillo a que no entrase nadie, quité los reposabrazos y me tumbé. Nada más hacerlo uno de los viejos me miró con cara de desaprobación y abrió la puerta. Se puso a decir a todos los que andaban un poco perdidos buscando los últimos sitios que entrasen, que teníamos sitio. Que hijo de puta, vengo desde el quinto infierno desgracio, tengo hambre y mucho sueño, pues nada, se me sentaron dos al lado, peor imposible, ahí al roce. Saqué la toalla y me apoyé en la ventana que era un jodido vibrador, al final me dormí sobre las 4, llegamos a Rijeka a las 7.

lunes, 1 de noviembre de 2010

DIA 17: Sábado 7 de Agosto

Me desperté a las 12 y media, la habitación estaba vacía, solo quedaban mis cosas al lado de la cama. Como habíamos planeado ir al balneario pasé de la ducha y fuí a despertar a Emilio. Parece que estamos conectados, aparecía por la puerta con la misma cara de dormido que yo.


Madre mía, nuestros fajos de billetes de gangsters habían menguado. Ayer jodimos decenas de miles de florines. Nos quedábamos muy justitos para hoy y malvivir mañana. Se acabaron las fiestas. Fuimos a desayunar al kebab, la intención era comernos un arrocito blanco y algo de pescado pero al final sucumbimos a los olores de la carne.


Fuimos hacia el autobús de los auriculares para que nos llevara al Spa, nos subimos y para cuando nos dimos cuenta estábamos cruzando el Danubio, por aquí no es... Nos bajamos en cuanto pudimos. Al menos teníamos una vista del parlamento increíble, es el edificio más coten que hemos visto de momento. Como teníamos al lado una entrada de metro y pasábamos de esperar media hora al bus nos metimos y llegamos al balneario en un pliki.


Es el balneario más grande de Budapest, y de los más grandes de Europa. La entrada cuesta unos 12 euros y puedes estar dentro todo el día. Nada más entrar vino una chica a darnos un papel por si queríamos un masaje. Nos quedamos los dos flipando, era guapísima, con unos ojazos color miel claros que no había visto yo en mi vida. La tía nos cató, porque nos quedamos ahí de piedra con la boca abierta delante suyo susurrando, mírala tío, mira que ojos...

Seguimos hasta las taquillas para dejar la mochila y subimos en bañador por unas escaleras que daban a un patio con varias piscinas al aire libre. La primera era la más grande, el agua estaba supercaliente, salían chorros a presión por los laterales y por el suelo para poner encima los pies. También había otros chorros como una cascada, esos eran los mejores. La piscina de al lado era una piscina normal, solo que esta era fria. Y la tercera era lo máximo. Era un círculo con otro círculo dentro, al círculo de dentro se entraba por un huequito, y la gente que había dentro no paraba de dar vueltas en un torbellino. Entrabas y te llevaba la corriente, la gente se lo pasaba pipa, solo había que tener un poco de cuidado para salir y no atropellar a nadie.

Después de unos bañitos entramos dentro del edificio a buscar lo que sería el balneario de verdad, fué una pena no echar ninguna foto porque era increible. Parecía que no se acababa nunca. Había piscinas de burbujas, piscinas calientes, piscinas frias, heladas, con más corrientes, baños de vapor, saunas...

Emilio quería entrar a la sauna. Yo flipé, madre mía que angustia. Era una sauna con olores y una luz verde, pero aparte de que había mucha gente era imposible aguantar 2 minutos. Encima Emilio parecía no entenderme, según él había que aguantar 15 minutos. Este tio está loco así que me fuí antes de que me diera un mal.

Me metí un rato en una piscina que estaba a 40 grados, te podías sentar era lo máximo. Después fuí a otra muy pequeña que estaba vacía, estaba a 16 grados. Metí un pie y flipa, estaba ultracongelada, de vez en cuando llegaba algún tio entraba, se sumergia 3 segundos y volvía a salir. Yo me quedé un rato viendo, la mayoría de la gente hacía como yo, metía un pié y se piraban. De repente llegó un hombre supergordo y barbudo. El típico tio de los Spas de las películas de romanos. Me miró y se empezó a reir. Se metió dentro y me empezó a hacer señas para que entrase. Yo le decía que no con la cabeza, el hombre no hablaba inglés pero como insistía que cojones. Le eché dos huevos y entré, el agua te llegaba por encima de la tripa, cogí aire y me metí del todo. Cuando salí pegué un grito de la ostia. El hombre se reía, salió y me hizo señas para que le siguiera, me llevó a otra piscina caliente, hicimos lo mismo. Entramos, nos sumergimos y volvimos a salir. De ahí fuimos a otra fría, esta de 18, y por último, a la más fria de todas, 12 grados. Esta era como un bidón que había que subir unas escaleras y meterte, madre mía. Cuando salimos le seguí y me hizo señas para que entrásemos a la sauna pero me negué rotundamente, como vió que no nos despedimos con la mano y volví sobre mis pasos para ir a buscar a Emilio. Seguía en la sauna este tio está loco. Quería fliparmelo un poco así que le llevé a la piscina fria y le estuve picando, le hice varias demostraciones y al final se metió pero no quiso volver.

Fuimos a una sala gigante, la más bonita, había 2 piscinas calientes grandes, todo decorado con mosaicos y esculturas, nos sentamos un rato con unos chorros en la espalda y de repente unos chavales españoles empezaron a hacerme señas y a llamarme, me llamaban Moreno, yo estaba flipando. Me acerqué hacia ellos, lo primero que pensé es que serían de Segovia, pero no me sonaban nada de nada. Empezaron a preguntar que qué tal estaba, que qué hacía aquí y yo seguía sin entender nada. Ya tuve que preguntarles quienes eran, y me dijeron que nos conocimos en Praga hacía una semana. Que nos habíamos juntados ellos, unos brasileños, un grupo de chavalas y yo. Buah, maldita absenta, no me acordaba de nada. Estuvimos un buen rato hablando y les dije que si salían esta noche que fueran a la isla Margarita, me dijeron donde estaba su hostal que era muy cerca del nuestro por si nos animábamos pero ya les dije que calavera. Me despedí y volví con Emilio. Fuimos a buscar las toallas, como esto era un laberinto nos costó un rato pero al final las encontramos. Salimos afuera a comernos un helado y nos tumbamos un ratito al sol. Esto del Spa te deja el cuerpo cansado, yo me sentía muy débil. Nos quedamos dormidos pero al despertar yo ya estaba como una rosa. Nos comimos unos bocadillos y nos dimos el último bañito en la piscina.



Ya vestidos y en la calle decidimos volver andando, y ver la calle principal de la ópera, la basílica y el parlamento. Por el camino nos encontramos un concierto en medio de la calle. Nos quedamos un ratillo y seguimos hacia la basílica. Estuvimos hablando con una chica que tenía dos hurones, nos echó una foto y fuimos hacia el río, que había otro concierto. Nos contaron que justo el lunes empezaba un festival enorme en la ciudad, no nos enteramos de nada... Seguimos andando por un paseo al lado del río hasta que se nos hizo de noche y llegamos al parlamento, de lejos es increíble, pero estar a los pies es una pasada. Echamos un par de fotillos y nos sentamos a verlo y descansar.



Nos moríamos de hambre ya así que otra vez a andar, meadita en el Danubio y buscamos un metro para llegar al hostal. Lo primero fuimos al kebab, oootra vez. Ya nos tratan como clientes de toda la vida. Duchita y un poco de terraza. Nos pusimos a hablar de Croacia, yo quería ir ahora a Croacia para bajar por las islas hasta Dubrovnik y llegar a Grecia, pero para Emilio era una liada. Dentro de unos 10 dias tiene que estar en Milán, va a juntarse allí con un amigo suyo de Chile para ver juntos Italia. Además su pase de Eurail (el interrail para los no europeos) viene limitado y no puede coger trenes ni como ferrys en Croacia, Grecia, ni en algunos países como Bosnia y Serbia por los que habría que pasar. Estabamos los dos que no sabíamos qué hacer. El me decía que fuésemos a Bratislaba y después a Viena, pero yo quería playa ya. Y me motivaba mucho llegar hasta Grecia. Dijo que a Croacia si que le hacía ir, pero que no podía bajar más.


Después de dos cervecitas nos fuimos a dar una vuelta por el centro, aunque con cero intenciones de fiesta. Se nos acercaron dos tías así treintañeras y nos empezaron a acosar. Nos pidieron un cigarro y no paraban de tocarnos, decirnos que qué guapos y tal, que fuésemos a tomar algo. Mira Emilio, le dije, a estas en España, las llamamos comebolsas. Les dijimos que vale, pero que eramos pobres, no estaban nada mal, pero es que se les notaba desde lejos, pero como somos tontos...

Nos llevaron a un bar, seguramente el bar más caro de Budapest, con fuentes, acuarios... una cerveza costaba casi 10 euros, estas tias no lo entienden, les dijimos que nanai y salimos otra vez a la calle. Nos dijeron que fuesemos con ellas de fiesta, que iban a ir a la isla esta de ayer y que nos llevaban en coche, ibamos muy justos de pelas pero aceptamos. Nos paramos en una tienda 24 horas a coger unas cervezas. Pusimos todo en el mostrador, una de las tias cogió hasta una botella de champán, y cuando ibamos a pagar, se quedaron las dos de brazos cruzados. A ver, ¿esto lo pagamos entre todos no? Una se enfadó y me empezó a decir que eso no costaba nada, que ellas nos iban a llevar en coche, que cómo eramos así tal y cual, me hicieron sentir de culo, y al final lo pagué.

Estaban un poco mosqueadas, pero se les pasó el enfado, si ya sabía yo que eran unas comebolsas, que tontos somos joder, se relajó el asunto y estuvimos sentaos en un banco echando unas risas pero se volvió a joder el asunto, cuando ya nos íbamos a ir, volvimos a entrar a la tienda. Cogimos más cervezas y una de las tias cogió un paquete de tabaco. Y una polla, mira no vale ni 2 euros, pero es que no le iba a pagar un paquete de tabaco a la señorita, ya la cosa explotó. Nos mandaron a la mierda y se fueron, pues que os jodan asquerosas.

Volvimos al hostal despotricando contra el sexo opuesto, nos tomamos la última en la terraza y nos fuimos a dormir. Cuando entré en mi habitación flipé, hace 3 horas seguía vacía y ahora estaba a petar, había 3 parejas, eran todos franceses, me preguntaron que si dormía también ahi y les dije que claro, resulta que habían cogida la habitación solo para ellos, se han debido equivocar los del hostal. Pasaba de ir a hablar con nadie, y como estaban las parejitas en la misma cama les dije que me echaba a dormir. Una chica no parecía muy conforme pero mira, yo estaba aquí antes, y estaba cansado, así que me eché a dormir, mañana Croacia...

miércoles, 20 de octubre de 2010

DIA 16: Viernes 6 de Agosto


Cuando llegamos a Budapest no podíamos creérnoslo, estaba lloviendo una burrada y no solo eso, nos estaban cayendo los truenos encima, pero encima de verdad. Alguien me enseñó hace tiempo que cuando ves caer un rayo, tienes que ponerte a contar hasta que se escucha el sonido del trueno. Se supone que cada segundo es un kilómetro de distancia. Bueno pues estos venían de la mano y sonaban que te cagas. Tuvimos que correr hasta la entrada a los andenes, joder, y encima tan panchos en camiseta y pantaloneta. No quería traer chubasquero pero al final mi madre me obligó, gracias mama. Estuvimos hablando con unos tios que cambiaban dinero, aquí en Hungría la moneda es el florín, hicimos cuentas para que no nos timaran, y como no estaba mal pues les cambiamos 10 euros para poder pillar un metro.

La carrera hasta la boca de metro fué mortal también, y además no se oían más que bomberos y bocinas de ambulancias, no se que caos se desató ese día en Budapest, nosotros solo nos mojamos, pero acojonaba. Cuando volvimos a salir del metro ya casi no llovía menos mal. Pusimos rumbo al hostal. Grand Party Hostel, ¿a que suena bien? pues sí, es la polla. La entrada es una puerta de garaje que da a un patio enorme lleno de arbolitos y arbustos, con unas 30 mesas así escondidas entre los arbustos, en el patio hay también un bar y un futbolín. Parece una casa okupa, todo lleno de grafitis, un pelín sucio, poca organización y los propietarios son una pandilla que no pasa de los 30, unos 4 tios y 2 tias, llenos de piercings y tatuajes, viven aquí y se lo pasan de puta madre. Rodeando el patio están las habitaciones, pero un piso más arriba, son todas mixtas, de entre 8 y 14 personas.

Nos estuvieron explicando un poco las normas del hostal, tenían hasta varias sex-rooms, tenías que pedirles la llave y tenías una hora. Nos pusieron a los dos una pulserita con la dirección, por si nos poníamos muy ciegos y no sabíamos volver. Que hostal más heavy, uno nos acompañó hasta las habitaciones, nos había tocado en habitaciones distintas, pero daba igual, estaba una puerta enfrente de la otra. Nos preguntó cual queríamos y cada uno dijimos la que teníamos al lado. Se empezó a reir y dijo, la de la derecha está llena de tias, y afirmó en silencio, dándonos a entender que eran pivones. Los dos nos alteramos, decidimos jugarnoslo a pares o nones, y la verdad, fuí un guarro!!! Yo pedí nones, pero salió pares y enseguida dije: bien , me ha tocado, y cogí las llaves. Emilio se quedó ahi quieto pensando: ¿en España será así? Hasta que abrí la puerta, le miré y me descojoné. Empezó a cagarse en mi madre, así que cerré, estaban todas dormidas. Buah, empecé a contar, 7 tias, y una cama vacía, dejé mis cosas y salí corriendo a contárselo a Emilio. Volví y me dí una ducha, volvimos a escontrarnos fuera y bajamos al bar a desayunar. Nos comimos un sandwich de bacon, queso, huevo frito... un zumo de naranja y un cortao. Adiós florines, así que nos preparamos la mochila, pedimos mapas a los del hostal y salimos.

Cambiamos dinero y nos sentimos ultramillonarios, con 60 euros cada uno no se si nos dieron 20.000 florines, un buen fajo. Empezamos a andar hacia el centro y nos encontramos a unos tios que daban publicidad de unos autobuses que te hacían rutas turísticas por la ciudad, con unos cascos te iban explicando en español cosas importantes de los sitios por donde pasabas, te podías bajar y subir donde quisieras y además incluía una vuelta en barco por el Danubio, no costaba ni 10 euros así que lo compramos. La ruta del bus nos dejaba en los sitios más importantes. Lo de los cascos era un poco basura, decía cosas un poco estúpidas y no daba tiempo a fijarse en todo. Había gente que echaba fotos desde el autobús y las pasaba putas. En cuanto llegamos a un monumento que tenía un parque muy grande detrás nos bajamos.



Echamos un par de fotos y nos dimos una vuelta por el parque, no solo era parque, había también un circo, un parque de atracciones, un castillo y el spa más grande de Budapest, uno de los más grandes de Europa. Mañana venimos fijo, vale 12 euros y puedes estar todo el día, además nunca he estado en uno. Entramos al castillo, seguimos dando vueltas y llegamos a una placita llena de gente, estaban todos haciendo cosas, collares, figuras de cerámica, hinchando globos... había carteles de algo de una iglesia. Se nos acercó una señora mayor muy simpática y nos empezó a hacer preguntas, de donde eramos tal y cual, nos dijo que esperaramos y trajo a una chica así de nuestra edad. Ala, aquí la teneis, sois jóvenes, hablad. Hubo dos segundos de tensión pero la chica era muy maja, estuvimos un rato hablando, hasta que nos quedamos en blanco, bueno, fuímos educados al fin y al cabo. Creo que lo que querían era que nos quedasemos haciendo cosas, pero vaya, no estabamos por la labor así que nos despedimos cordialmente, que chica más maja, sonreía un montón.

Empezó a chispear y llevabamos tres horas andando así que cogimos el bus donde nos había dejado y volvimos cerca del hostal. Nos metimos a comer a un burguer y fuimos al hostal para echarnos la siesta. En mi habitación seguían todas dormidas pero cuando entré se medio despertaron dos, les saludé y hablamos un poquillo así en voz baja. Eran de Estados Unidos. Se levantaron y salieron, yo me tumbé pero no había manera de dormir así que salí un rato a la terraza a escribir. Ahí estaba Emilio, resulta que el pobre aún no tenía cama. Una norma del hostal era que el día que ya te vas no hay hora para que dejes la habitación, te puedes quedar hasta las 12 de la noche durmiendo la mona, ahora Emilio lo estaba pagando, pero son las normas del hostal.

Cerveza de medio litro a un euro, como mola, estuvimos un rato en la terraza. Emilio quería ir al castillo al otro lado del rio, yo me quería cortar el pelo, pero sabía que en cuanto se lo dijera me iba a rayar. La gente no entiende, para mí dos semanas es el jodido limite, aunque parezca que lo tengo corto a los lados parece que llevo un casco. Traté de explicárselo pero no hubo manera, también quería llamar a Ana, la chica que conocí en el tren camino de Praga, y prefería quedar con ella yo solo, porque le había comentado antes a Emilio que igual la llamaba y me dijo que él también quería conocerla, y a sus amigas. No me hizo mucha gracia así que necesitaba estar solo en fín, y cortarme el pelo. Le acompañé a Emilio al autobus y mientras llegaba preguntamos a un hombre donde había una peluqueria buena, me dijo que cerca, pero se rió y dijo que ya tenía el pelo corto, entre Emilio y este hombre me van a amargar.

Empecé a andar hacia la pelu y tuve que dar un montón de vueltas y preguntar a más gente hasta que por fín llegué. Vaya liada porque me sentaron nada más llegar y no había planeado como decirle a la chica en inglés que me lo cortara. Encima la tia no tenía ni papa de inglés, tuve que decirle al de al lado que me tradujera, pero no me quedé muy tranquilo con todo. Tuve que interrumpirla un par de veces, y la tia no sabía hacerme la cresta, al tercer o cuarto intento ya ví que era o eso, o directamente que me rapara la cabeza así que dí el trabajo por finalizado.

Cuando salí a la calle llamé a Ana, pero estaba en Berlín otra vez, vaya chasco, le deseé suerte buscando trabajo y le dije que me llamara si algún día iba a España, pero en fín, que pena, me encantaba esa chica, era genial.

Mientras volvía al hostal cayó otro chaparrón y tuve que resguardarme en unos portales, que manera de llover, en 20 minutos la calle era un lago. Pobre Emilio, a saber donde está. Decidí darle una sorpresa y entré a un supermercado a comprar unas birras, tanto aquí como en Praga las cervezas las tienen siempre en nevera, es la polla. Y otra cosa, de momento, en Berlín, Praga, y aquí, pagas también la botella, si vuelves al supermercado con la botella vacía te devuelven el dinero de la botella, al final las cervezas salen a precio de risa así que ya sabeis, colaborad con el medio ambiente.


Antes de llegar al hostal me dieron una ostia por detrás, era Emilio, entramos y nos bebimos una birra, ya había gentecilla en la terraza. Estuvimos hablando con un chaval muy simpático, cuando le preguntamos de donde era Emilio a poco se mea de risa. Le había dicho que al primer inglés que nos encontraramos solo, teníamos que atracarle, matarle y tirar su cuerpo al Danubio, pero el tio era más majo que el copón, le perdonamos lo que nos hicieron sus primos del equipo de rugby.

Subimos a los cuartos a ducharnos, había dos tías, una era de Bratislava y la otra inglesa, estudiaban juntas en Inglaterra y estaban las dos como un queso. Pues no se como lo habían hecho los del hostal, pero había 8 camas y eramos 9, estas chicas acababan de llegar y solo había una cama libre. Empezaron a vacilarme con que igual tenía que dormir con alguna, buaaaaaaa, les seguí un poco el juego, pero solo quedó en eso. Ya duchado busqué a Emilio y nos fuimos a cenar, tocaba Kebab, menos mal que estamos todo el día andando, si no estaría ya extragordo. Estaba que flipas, y Emilio, que nunca había comido Kebabs antes de venir a Europa, lo calificó como el mejor Kebab que se había comido nunca.

Volvimos al hostal y nos sentamos en la terraza, estuvimos ahi charlando un rato, se nos acercó uno de los dueños del hostal y dijo que se iban a ir unos cuantos a un bar donde nos iban a hacer descuentos. Nos apuntamos y salimos detrás, ibamos unas 40 personas, sorteando charcos y andando en fila india por aceras estrechas. Por el camino empezamos a hablar con unos australianos que decían que sabían un sitio mejor para ir, pero al final fuimos todos juntos.

El bar donde nos llevaron estaba hasta los topes, dentro ya nos dispersamos y Emilio y yo fuimos a la barra. 20 minutos en la barra, llamando al imbecil del camarero, haciendole señas... pasaba de nosotros. Yo ya me cabreé y nos piramos. Entramos al primer bar que vimos abierto. Era una taberna pequeña con mesitas y al fondo había una libre. Estaba lleno de hungaros jovenes, pero muy a gusto, todos sentaos a su rollo. Echamos medio litro y como había ya ganas de acción fuimos a la barra a pedir chupitos. Buah, ahí empezó el mal. Le pedimos que nos sorprendiera y resulta que el tio preparaba él mismo un licor especial. Vió que no teníamos fondo así que acabó invitandonos a unos cuantos.


Salimos del bar como las motos, partiéndonos el culo. Y si ibamos poco contentos, por cada bar que pasabamos entrábamos a tomar un chupito de tequila. Nos encontramos a unos chavales y les preguntamos donde había una discoteca guapa. Nos hablaron de una isla en medio del Danubio que estaba llena de discotecas, que estaba a las afueras de Budapest pero podíamos ir en taxi. Entre que ibamos ciegos y que sonaba un poco a chino empezamos a discutir delante de ellos. MIRALES!! NOS ESTÁN MINTIENDO!! ES MENTIRA!! Nos fuimos sin creerles y seguimos andando sin rumbo, como cada persona que preguntabamos nos mandaba a un sitio diferente al final encontramos un taxi y resulta que sabía de lo que hablabamos. A los 10 minutos llegamos a la isla. Era la polla, había un montón de discotecas en plan terraza con musicón y llenas de gente. El perro de Emilio se comió la boca con una húngara, yo me quedé bailando con su amiga, que estaba como un queso y parecía simpática, pero pasando de cine porque la acababa de ver morreandose con un tio, que tonto fuí, a los 5 minutos estaba morreandose, pero con otro tio distinto...

Fuimos los 4 a la barra, y no tenían ni idea de inglés, así que se fué todo al garete, era tan estúpido que nos dimos todos la vuelta sin decir ni mu.

De ahí entramos a una discoteca que se llamaba Coronita, esta ya era de Techno duro, en plan garito oscuro sin apenas luces. Estaba un poco vacía y Emilio al final consiguió sacarme contra mi voluntad. Era hora de volver al hostal. Fuimos pidiendo precios a los 20 taxis que había a la entrada del recinto y finalmente llegamos a las 7 de la mañana.


En mi habitación estaban todas dormidas como troncas, me acerqué a mi taquila e hice todo el ruido del mundo, pero nada, no se movía ni un alma. Jodidas guiris, a las 2 ya superciegas y a las 3 a dormir, en fín. A dormir que ya vale ya.